LA EMERGENCIA DIGITAL EN EL ÁREA METROPOLITANA DE BARCELONA

Transcripción de la ponencia que ofreció Cristina Colom, experta en humanismo tecnológico, en el ciclo de Foment del Treball el 27 de octubre de 2022 en la que analiza los cambios que comportará la digitalización de la sociedad

Estamos viviendo una emergencia digital…

La integración de la tecnología en nuestra sociedad es cada vez más evidente y ha cambiado casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Las tecnologías emergentes, la disrupción tecnológica y todo lo que llamamos «digitalización» se están extendiendo a una velocidad vertiginosa; mucho más acelerada de lo que se habría podido calcular y estas tecnologías juegan cada vez más un rol esencial en ámbitos clave como:

  1. el acceso a servicios públicos
  2. a la educación
  3. a las finanzas
  4. a la movilidad
  5. al ocio
  6. a la cultura
  7. en nuestros hábitos de consumo o de viajar
  8. en la manera en que interactuamos o participamos en la sociedad yobviamente también en el mercado laboral, (tanto en cuanto a elementos clave como la productividad y la competitividad de nuestras empresas, como en la creación de puestos de trabajo y la aparición de nuevos puestos de trabajo).

Además, los cambios que viviremos en los próximos 5 o 10 años asociados a la disrupción tecnológica serán más relevantes que los que hemos vivido como sociedad en el último siglo.

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado, que está empezando a salir de una pandemia global, en un escenario donde estamos poniendo en riesgo la propia sostenibilidad del planeta (en la que denominamos década del clima y en la que tenemos que alcanzar los ODS de la Agenda 2030). A este panorama añadimos problemáticas socio-económicas muy relevantes como la guerra en tierras europeas, el nivel de inflación actual, el aumento de visibilidad e incorporación en instituciones democráticas de partidos o movimientos muy extremistas, pero también garantizar agua potable, luchar contra enfermedades emergentes, la proliferación de terrorismo en ciertas zonas del mundo pero que también nos afectan, el desarme o el hecho del envejecimiento y el número de refugiados… y en medio de todo este escenario… estamos también en una emergencia digital.

La emergencia digital es una situación generada por una transformación digital asimétrica y acelerada que requiere medidas urgentes para garantizar la equidad y la protección de los derechos humanos ahora más que nunca en todos los entornos, tanto los presenciales como los digitales, así como garantizar la sostenibilidad del planeta.

Si bien es cierto que esta disrupción tecnológica nos aporta muchos beneficios, muchas oportunidades y ventajas, acceso a servicios, a información, a la educación, a nuevos puestos de trabajo, a innovaciones impensables, y creo que también se debe hacer énfasis en esta cara de la moneda, tenemos que analizar la cara de los retos, de los dilemas, de los riesgos o peligros que la digitalización incorpora- algunos de ellos de serie, desde su configuración.

El impacto negativo del uso de las nuevas tecnologías está llevando a una serie de riesgos de cariz económico, social, legal, ético e incluso medioambiental a los que se debe hacer frente.

Y si bien es cierto que la sociedad en su conjunto es cada vez más digital, también lo es que en esta sociedad se están o se pueden vulnerar algunos de los derechos fundamentales de la ciudadanía:

Privacidad y uso de nuestros datos (recordemos que existe la Ley de Protección de Datos)

intimidad,

anonimato,

el derecho al olvido,

derecho a un trabajo digno;

a la igualdad,

a la no discriminación,

a la libertad de expresión,

a la información veraz

Protección de los menores

Un derecho que se habla poco: A no ser digital.
Y también es cierto que debemos poner atención en algunos derechos que hasta fecha de hoy no quedan recogidos en el marco normativo o en la Constitución:

    • El derecho al acceso universal a Internet,
    • derecho del teletrabajo o
    • el derecho a protegerse ante los avances de la neurociencia (neurotecnologías)

… junto al fenómeno de crecimiento de las áreas urbanas…

Pero hay un segundo fenómeno indisociable en la digitalización: y es el del crecimiento de las ciudades. Según el Banco Mundial, casi bien el 55% de la población vive en zonas urbanas y es una cifra que seguirá creciendo, hasta casi bien el 70% en 2050.
Y esta transformación digital – acelerada y asimétrica de la que hablaba- tiene como principal escenario las zonas urbanas y está cambiando radicalmente la relación entre las administraciones, las empresas y el ciudadano.
Las ciudades se convierten en la expresión de transformaciones económicas, sociales y políticas, siendo el epicentro tanto de oportunidades, creatividad e innovación, ingenio, talento como de cómo de retos y tensiones.

… y es en estos entornos donde se dan las oportunidades pero sobre todo donde se producen una serie de retos y riesgos primordiales que están provocando mayores desigualdades en la sociedad…
Esta emergencia digital se manifiesta por vía de una serie de retos inminentes que hacen que la sociedad cada vez tenga mayores brechas, mayores diferencias, diferentes velocidades y por lo tanto se palpen aún más las desigualdades. Estamos hablando de brechas digitales, de discriminación algorítmica, de ciberdelincuencia, de falta de adaptación de las pymes a la digitalización, de un uso inadecuado de nuestros datos… y también de retos medioambientales de la tecnología para conseguir una transición digital sostenible.
… e incrementan los retos urbanos…

Los retos urbanos son actualmente de una envergadura colosal. Si de per se las ciudades tenían que diseñar acciones para hacer frente a elementos básicos como la pobreza, la vivienda asequible, la educación, el transporte público, la calidad del aire, agua potable, el desempleo o herramientas democráticas participativas, ahora, más allá de hacer frente a la pandemia, estas zonas urbanas deben ser

  1. Sostenibles
  2. Resilientes
  3. Seguras
  4. Impulsoras de la economía circular; el turismo o la movilidad sostenibles

y sobre todo debe diseñar e implementar una digitalización inclusiva y equitativa para toda la ciudadanía.

Y la solución pasa por el Humanismo tecnológico

La solución se encuentra en aplicar el humanismo tecnológico, entendido como una perspectiva que sitúa la tecnología al servicio de las personas y de sus necesidades, de sus inquietudes. Lo definimos poniendo a la ciudadanía en el centro, priorizando a las personas en el desarrollo tecnológico y empodeándola.
Debemos aplicar una visión social, humanista, inclusiva y sostenible que garantice que esta transición digital en ningún caso vulnere, sino lo contrario, proteja y fomente nuestros derechos más esenciales y en la que se impulsen valores como conocimiento, confianza, transparencia.
Es evidente sin embargo que cuando hablamos de hacer un proceso de digitalización inclusiva en las zonas urbanas se trata de una tarea compleja ya que estamos tratando de un espacio con mayor densidad y diversidad. Esto se puede traducir con una mayor concentración de niveles de desempleo, de pobreza y en general de desigualdades.

Barcelona, como capital del Humanismo tecnológico

Y Barcelona apuesta por convertirse en la capital de este humanismo tecnológico. No sólo desde el Ayuntamiento sino desde otras administraciones, organismos, organizaciones… apoyan esta capitalidad que podríamos engrandecer si contamos con toda el Área Metropolitana de Barcelona.
Esta capitalidad la podremos alcanzar si lo hacemos de forma colaborativa. Este proceso de transformación digital inclusiva debería ser transversal entre todos aquellos que tienen algo que decir en el diseño de la agenda digital, sector privado, organizaciones multilaterales, organizaciones representantes de la sociedad civil, comunidad científica y obviamente las diferentes administraciones, empezando por las más locales pero aprovechando el potencial del área metropolitana.

… este humanismo tecnológico se traduce en avanzar en un modelo inclusivo de sociedad digital…

  1. Hacer frente a las brechas digitales.
    Existe una multiplicidad y una complejidad de brechas digitales que suponen barreras, limitaciones por razones de género, razones generacionales, de nivel educativo, de asequibilidad, de competencias y comprensión, geográficas, por discapacidad y un largo etc. Pero lo relevante es que estas barreras afectan a un mismo individuo o a un mismo colectivo, exacerbando la exclusión de estos grupos sociales.
    Se está creando una dualidad en la sociedad entre aquellos que están conectados en el sentido amplio de la palabra (no sólo dispositivo y acceso sino que no tiene barreras para acceder a servicios, contenidos, oportunidades…) y aquellos para quienes las barreras cada vez son más otras y más dificultosas y por lo tanto pueden quedar excluidos de: servicios públicos básicos, servicios financieros, oportunidades laborales, educación, vivienda, incluso su participación política o relación con la comunidad puede verse afectada, se le reduce su autonomía…
  2. Llevar a cabo actuaciones de digitalización inclusiva. Algunos ejemplos en el área metropolitana de Barcelona:

Proyecto L’Hospitalet 6.0

El Ayuntamiento de L’Hospitalet emprendió un proyecto denominado 6.0 en consonancia a los seis distritos de la ciudad que para ponerlo de forma simple: era la configuración de una hoja de ruta de digitalización inclusiva en la ciudad, partiendo de la idea de que el acceso a la tecnología y la conectividad es un derecho más de la ciudadanía y, como tal, hay que garantizarlo.

Es un proyecto que está desplegando siempre de la mano de alianzas, en este caso con la Fundación Mobile World Capital Barcelona como partner estratégico pero también con la Escuela de Organización Industrial y de otras organizaciones y se ha explorado la búsqueda de soluciones digitales innovadoras mediante concurso o convocatorias abiertas, incluso internacionales.
Este proyecto tiene varias dimensiones, empezando por unos equipamientos públicos que se están construyendo encima del mercado de La Floresta pero sobre todo unas dimensiones estrictamente sociales y éticas con el fin de hacer frente a las brechas digitales desplegando servicios de asesoramiento, proyectos para fomentar el talento digital, digitalizando la propia administración e impulsando la digitalización también del tejido productivo de la ciudad.
Y aunque las medidas que se van implementando son para todos los públicos, se ha puesto especial atención y foco a acciones para personas mayores.

 

Proyecto Conectamos Barcelona

En la ciudad de Barcelona se está desplegando el Connectem Barcelona con el objetivo de llegar a hogares en situación de mayor vulnerabilidad y no solo proveerlos de dispositivo y wifi sino y sobre todo programas de capacitación digital (Trinitat Nova).

Servicio de digitalización La Guaita- Ayto Castelldefels con DIBA

Formación y asesoramiento a pymes y profesionales autónomos

Plataforma e-learning para los comerciantes locales- Ayuntamiento de Cornellà o acciones de Citilab Cornellà, como Digitalizap, que consiste en una formación de digitalización para los comercios del municipio; y CoMecenes, que es una idea de micromecenazgo para ofrecer ayuda a las tiendas de venta al por menor de Cornellà; iniciativas que buscan mejorar el proceso de transformación digital en las entidades del comercio de Cornellà de Llobregat.

Plan metropolitano AMB => Plan ApropAMB

A partir de la crisis del coronavirus, el Area Metropolitana de Barcelona estableció el Plan ApropAMB (dotado con más de €16M) para financiar programas de los municipios para reconstruir el tejido social y económico más afectado por la pandemia. Y en este sentido se desarrolla el programa

Conectabit: inversión en formación y en material para acercar las nuevas tecnologías a los sectores sociales más vulnerables

Todos ellos son proyectos de reciente creación, casi bien a instancias de la COVID o del impacto de la COVID. Están todavía en desarrollo y no están consolidados. Y muchos se están desplegando en la ciudad de Barcelona donde se concentran la mayor parte de los recursos. Hay que trabajar para amplificar el impacto y que estos proyectos también lleguen al resto del área metropolitana o bien potenciar aquellas iniciativas que ya se están desplegando y que puedan tener éxito.

… y en la construcción de este modelo inclusivo las administraciones –sobre todo las locales- debe desempeñar un rol clave…

Hoy por hoy las administraciones deben repensarse o rediseñarse con el fin de co-crear – junto con el ecosistema de la ciudad- modelos sostenibles; seguros, resilientes e inclusivos.

Las administraciones locales deben acompañar a sus ciudadanos y ciudadanas en este proceso de transformación digital.
Y la mejor forma es hacerlo de forma holística. No sólo desde la centralidad sino incorporando ese territorio que es natural como es el caso del área metropolitana de Barcelona.

En el caso de Barcelona, se hizo un ejercicio más que necesario con el Plan de Actuaciones Municipales 2020-2023 a partir de la pandemia y donde se recoge una serie de medidas que tienen en cuenta el área metropolitana y es evidente que se contempla como el espacio natural pero se debería profundizar esta coordinación en el ámbito de la digitalización. Es conveniente reforzar esa voluntad de trabajar juntos, de buscar sinergias, de aprender de los proyectos e iniciativas que se están desplegando y tener esa visión más holística.

… y en concreto hay que trabajar en tres dimensiones…

  1. Mejorar las competencias del personal de las administraciones locales mediante planes de alfabetización digital. No significa que el equipo de las administraciones tengan que convertirse en analistas de datos, programadores, desarrolladores web y expertos máximos en ciberataques. Pero deben poder copar el uso y el impacto de las tecnologías que se están empezando a emplear y poder diferenciarse de la propia máquina con el sentido crítico, la empatía o el sentido común. Muchas ocasiones hablamos de la dificultad de retener o atraer talento en las administraciones públicas. La digitalización se puede ver como una oportunidad a la creatividad y a la innovación a la vez que siga siendo un instrumento imprescindible para el servicio a la ciudadanía.
  2. Plantear medidas de gobierno vinculadas en el uso de tecnologías/supervisión de las mismas/rendición de cuentas que abarquen toda el área metropolitana. Hoy por hoy cada ayuntamiento trabaja de forma separada.
  3. Extraer el valor estratégico de los datos abiertos que además hará aproximar la administración con la ciudadanía. Esta puede poner una presión positiva para identificar nuevas necesidades o nuevos servicios y las administraciones deben saber escuchar. Los datos son imprescindibles para poder realizar una buena gestión de la ciudad. Los datos abren muchas posibilidades que hace unas décadas parecían utópicas. Permitir el seguimiento y anticipar los movimientos (por ejemplo, la movilidad del coche y la congestión), puede mejorar eficiencia y reducir los residuos (por ejemplo, en la distribución de agua y energía), facilitar la logística urbana y apoyar el desarrollo de una gestión urbana más anticipada y basada en la evidencia y ampliando la base, es decir no hacerlo de forma independiente.

Estamos viviendo una emergencia digital…

La integración de la tecnología en nuestra sociedad es cada vez más evidente y ha cambiado casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Las tecnologías emergentes, la disrupción tecnológica y todo lo que llamamos «digitalización» se están extendiendo a una velocidad vertiginosa; mucho más acelerada de lo que se habría podido calcular y estas tecnologías juegan cada vez más un rol esencial en ámbitos clave como:

  1. el acceso a servicios públicos
  2. a la educación
  3. a las finanzas
  4. a la movilidad
  5. al ocio
  6. a la cultura
  7. en nuestros hábitos de consumo o de viajar
  8. en la manera en que interactuamos o participamos en la sociedad yobviamente también en el mercado laboral, (tanto en cuanto a elementos clave como la productividad y la competitividad de nuestras empresas, como en la creación de puestos de trabajo y la aparición de nuevos puestos de trabajo).

Además, los cambios que viviremos en los próximos 5 o 10 años asociados a la disrupción tecnológica serán más relevantes que los que hemos vivido como sociedad en el último siglo.

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado, que está empezando a salir de una pandemia global, en un escenario donde estamos poniendo en riesgo la propia sostenibilidad del planeta (en la que denominamos década del clima y en la que tenemos que alcanzar los ODS de la Agenda 2030). A este panorama añadimos problemáticas socio-económicas muy relevantes como la guerra en tierras europeas, el nivel de inflación actual, el aumento de visibilidad e incorporación en instituciones democráticas de partidos o movimientos muy extremistas, pero también garantizar agua potable, luchar contra enfermedades emergentes, la proliferación de terrorismo en ciertas zonas del mundo pero que también nos afectan, el desarme o el hecho del envejecimiento y el número de refugiados… y en medio de todo este escenario… estamos también en una emergencia digital.

La emergencia digital es una situación generada por una transformación digital asimétrica y acelerada que requiere medidas urgentes para garantizar la equidad y la protección de los derechos humanos ahora más que nunca en todos los entornos, tanto los presenciales como los digitales, así como garantizar la sostenibilidad del planeta.

Si bien es cierto que esta disrupción tecnológica nos aporta muchos beneficios, muchas oportunidades y ventajas, acceso a servicios, a información, a la educación, a nuevos puestos de trabajo, a innovaciones impensables, y creo que también se debe hacer énfasis en esta cara de la moneda, tenemos que analizar la cara de los retos, de los dilemas, de los riesgos o peligros que la digitalización incorpora- algunos de ellos de serie, desde su configuración.

El impacto negativo del uso de las nuevas tecnologías está llevando a una serie de riesgos de cariz económico, social, legal, ético e incluso medioambiental a los que se debe hacer frente.

Y si bien es cierto que la sociedad en su conjunto es cada vez más digital, también lo es que en esta sociedad se están o se pueden vulnerar algunos de los derechos fundamentales de la ciudadanía:

Privacidad y uso de nuestros datos (recordemos que existe la Ley de Protección de Datos)

intimidad,

anonimato,

el derecho al olvido,

derecho a un trabajo digno;

a la igualdad,

a la no discriminación,

a la libertad de expresión,

a la información veraz

Protección de los menores

Un derecho que se habla poco: A no ser digital.
Y también es cierto que debemos poner atención en algunos derechos que hasta fecha de hoy no quedan recogidos en el marco normativo o en la Constitución:

    • El derecho al acceso universal a Internet,
    • derecho del teletrabajo o
    • el derecho a protegerse ante los avances de la neurociencia (neurotecnologías)

… junto al fenómeno de crecimiento de las áreas urbanas…

Pero hay un segundo fenómeno indisociable en la digitalización: y es el del crecimiento de las ciudades. Según el Banco Mundial, casi bien el 55% de la población vive en zonas urbanas y es una cifra que seguirá creciendo, hasta casi bien el 70% en 2050.
Y esta transformación digital – acelerada y asimétrica de la que hablaba- tiene como principal escenario las zonas urbanas y está cambiando radicalmente la relación entre las administraciones, las empresas y el ciudadano.
Las ciudades se convierten en la expresión de transformaciones económicas, sociales y políticas, siendo el epicentro tanto de oportunidades, creatividad e innovación, ingenio, talento como de cómo de retos y tensiones.

… y es en estos entornos donde se dan las oportunidades pero sobre todo donde se producen una serie de retos y riesgos primordiales que están provocando mayores desigualdades en la sociedad…
Esta emergencia digital se manifiesta por vía de una serie de retos inminentes que hacen que la sociedad cada vez tenga mayores brechas, mayores diferencias, diferentes velocidades y por lo tanto se palpen aún más las desigualdades. Estamos hablando de brechas digitales, de discriminación algorítmica, de ciberdelincuencia, de falta de adaptación de las pymes a la digitalización, de un uso inadecuado de nuestros datos… y también de retos medioambientales de la tecnología para conseguir una transición digital sostenible.
… e incrementan los retos urbanos…

Los retos urbanos son actualmente de una envergadura colosal. Si de per se las ciudades tenían que diseñar acciones para hacer frente a elementos básicos como la pobreza, la vivienda asequible, la educación, el transporte público, la calidad del aire, agua potable, el desempleo o herramientas democráticas participativas, ahora, más allá de hacer frente a la pandemia, estas zonas urbanas deben ser

  1. Sostenibles
  2. Resilientes
  3. Seguras
  4. Impulsoras de la economía circular; el turismo o la movilidad sostenibles

y sobre todo debe diseñar e implementar una digitalización inclusiva y equitativa para toda la ciudadanía.

Y la solución pasa por el Humanismo tecnológico

La solución se encuentra en aplicar el humanismo tecnológico, entendido como una perspectiva que sitúa la tecnología al servicio de las personas y de sus necesidades, de sus inquietudes. Lo definimos poniendo a la ciudadanía en el centro, priorizando a las personas en el desarrollo tecnológico y empodeándola.
Debemos aplicar una visión social, humanista, inclusiva y sostenible que garantice que esta transición digital en ningún caso vulnere, sino lo contrario, proteja y fomente nuestros derechos más esenciales y en la que se impulsen valores como conocimiento, confianza, transparencia.
Es evidente sin embargo que cuando hablamos de hacer un proceso de digitalización inclusiva en las zonas urbanas se trata de una tarea compleja ya que estamos tratando de un espacio con mayor densidad y diversidad. Esto se puede traducir con una mayor concentración de niveles de desempleo, de pobreza y en general de desigualdades.

Barcelona, como capital del Humanismo tecnológico

Y Barcelona apuesta por convertirse en la capital de este humanismo tecnológico. No sólo desde el Ayuntamiento sino desde otras administraciones, organismos, organizaciones… apoyan esta capitalidad que podríamos engrandecer si contamos con toda el Área Metropolitana de Barcelona.
Esta capitalidad la podremos alcanzar si lo hacemos de forma colaborativa. Este proceso de transformación digital inclusiva debería ser transversal entre todos aquellos que tienen algo que decir en el diseño de la agenda digital, sector privado, organizaciones multilaterales, organizaciones representantes de la sociedad civil, comunidad científica y obviamente las diferentes administraciones, empezando por las más locales pero aprovechando el potencial del área metropolitana.

… este humanismo tecnológico se traduce en avanzar en un modelo inclusivo de sociedad digital…

  1. Hacer frente a las brechas digitales.
    Existe una multiplicidad y una complejidad de brechas digitales que suponen barreras, limitaciones por razones de género, razones generacionales, de nivel educativo, de asequibilidad, de competencias y comprensión, geográficas, por discapacidad y un largo etc. Pero lo relevante es que estas barreras afectan a un mismo individuo o a un mismo colectivo, exacerbando la exclusión de estos grupos sociales.
    Se está creando una dualidad en la sociedad entre aquellos que están conectados en el sentido amplio de la palabra (no sólo dispositivo y acceso sino que no tiene barreras para acceder a servicios, contenidos, oportunidades…) y aquellos para quienes las barreras cada vez son más otras y más dificultosas y por lo tanto pueden quedar excluidos de: servicios públicos básicos, servicios financieros, oportunidades laborales, educación, vivienda, incluso su participación política o relación con la comunidad puede verse afectada, se le reduce su autonomía…
  2. Llevar a cabo actuaciones de digitalización inclusiva. Algunos ejemplos en el área metropolitana de Barcelona:

Proyecto L’Hospitalet 6.0

El Ayuntamiento de L’Hospitalet emprendió un proyecto denominado 6.0 en consonancia a los seis distritos de la ciudad que para ponerlo de forma simple: era la configuración de una hoja de ruta de digitalización inclusiva en la ciudad, partiendo de la idea de que el acceso a la tecnología y la conectividad es un derecho más de la ciudadanía y, como tal, hay que garantizarlo.

Es un proyecto que está desplegando siempre de la mano de alianzas, en este caso con la Fundación Mobile World Capital Barcelona como partner estratégico pero también con la Escuela de Organización Industrial y de otras organizaciones y se ha explorado la búsqueda de soluciones digitales innovadoras mediante concurso o convocatorias abiertas, incluso internacionales.
Este proyecto tiene varias dimensiones, empezando por unos equipamientos públicos que se están construyendo encima del mercado de La Floresta pero sobre todo unas dimensiones estrictamente sociales y éticas con el fin de hacer frente a las brechas digitales desplegando servicios de asesoramiento, proyectos para fomentar el talento digital, digitalizando la propia administración e impulsando la digitalización también del tejido productivo de la ciudad.
Y aunque las medidas que se van implementando son para todos los públicos, se ha puesto especial atención y foco a acciones para personas mayores.

 

Proyecto Conectamos Barcelona

En la ciudad de Barcelona se está desplegando el Connectem Barcelona con el objetivo de llegar a hogares en situación de mayor vulnerabilidad y no solo proveerlos de dispositivo y wifi sino y sobre todo programas de capacitación digital (Trinitat Nova).

Servicio de digitalización La Guaita- Ayto Castelldefels con DIBA

Formación y asesoramiento a pymes y profesionales autónomos

Plataforma e-learning para los comerciantes locales- Ayuntamiento de Cornellà o acciones de Citilab Cornellà, como Digitalizap, que consiste en una formación de digitalización para los comercios del municipio; y CoMecenes, que es una idea de micromecenazgo para ofrecer ayuda a las tiendas de venta al por menor de Cornellà; iniciativas que buscan mejorar el proceso de transformación digital en las entidades del comercio de Cornellà de Llobregat.

Plan metropolitano AMB => Plan ApropAMB

A partir de la crisis del coronavirus, el Area Metropolitana de Barcelona estableció el Plan ApropAMB (dotado con más de €16M) para financiar programas de los municipios para reconstruir el tejido social y económico más afectado por la pandemia. Y en este sentido se desarrolla el programa

Conectabit: inversión en formación y en material para acercar las nuevas tecnologías a los sectores sociales más vulnerables

Todos ellos son proyectos de reciente creación, casi bien a instancias de la COVID o del impacto de la COVID. Están todavía en desarrollo y no están consolidados. Y muchos se están desplegando en la ciudad de Barcelona donde se concentran la mayor parte de los recursos. Hay que trabajar para amplificar el impacto y que estos proyectos también lleguen al resto del área metropolitana o bien potenciar aquellas iniciativas que ya se están desplegando y que puedan tener éxito.

… y en la construcción de este modelo inclusivo las administraciones –sobre todo las locales- debe desempeñar un rol clave…

Hoy por hoy las administraciones deben repensarse o rediseñarse con el fin de co-crear – junto con el ecosistema de la ciudad- modelos sostenibles; seguros, resilientes e inclusivos.

Las administraciones locales deben acompañar a sus ciudadanos y ciudadanas en este proceso de transformación digital.
Y la mejor forma es hacerlo de forma holística. No sólo desde la centralidad sino incorporando ese territorio que es natural como es el caso del área metropolitana de Barcelona.

En el caso de Barcelona, se hizo un ejercicio más que necesario con el Plan de Actuaciones Municipales 2020-2023 a partir de la pandemia y donde se recoge una serie de medidas que tienen en cuenta el área metropolitana y es evidente que se contempla como el espacio natural pero se debería profundizar esta coordinación en el ámbito de la digitalización. Es conveniente reforzar esa voluntad de trabajar juntos, de buscar sinergias, de aprender de los proyectos e iniciativas que se están desplegando y tener esa visión más holística.

… y en concreto hay que trabajar en tres dimensiones…

  1. Mejorar las competencias del personal de las administraciones locales mediante planes de alfabetización digital. No significa que el equipo de las administraciones tengan que convertirse en analistas de datos, programadores, desarrolladores web y expertos máximos en ciberataques. Pero deben poder copar el uso y el impacto de las tecnologías que se están empezando a emplear y poder diferenciarse de la propia máquina con el sentido crítico, la empatía o el sentido común. Muchas ocasiones hablamos de la dificultad de retener o atraer talento en las administraciones públicas. La digitalización se puede ver como una oportunidad a la creatividad y a la innovación a la vez que siga siendo un instrumento imprescindible para el servicio a la ciudadanía.
  2. Plantear medidas de gobierno vinculadas en el uso de tecnologías/supervisión de las mismas/rendición de cuentas que abarquen toda el área metropolitana. Hoy por hoy cada ayuntamiento trabaja de forma separada.
  3. Extraer el valor estratégico de los datos abiertos que además hará aproximar la administración con la ciudadanía. Esta puede poner una presión positiva para identificar nuevas necesidades o nuevos servicios y las administraciones deben saber escuchar. Los datos son imprescindibles para poder realizar una buena gestión de la ciudad. Los datos abren muchas posibilidades que hace unas décadas parecían utópicas. Permitir el seguimiento y anticipar los movimientos (por ejemplo, la movilidad del coche y la congestión), puede mejorar eficiencia y reducir los residuos (por ejemplo, en la distribución de agua y energía), facilitar la logística urbana y apoyar el desarrollo de una gestión urbana más anticipada y basada en la evidencia y ampliando la base, es decir no hacerlo de forma independiente.
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