LA INDUSTRIA EN LA REGIÓN METROPOLITANA DE BARCELONA

Nuria Aymerich, Secretaria General del Gremio de Fabricantes de Sabadell, propone un análisis profundizado del papel que tiene que jugar la industria en los proyectos de desarrollo de Barcelona y la Región Metropolitana

Por Núria Aymerich i Rocavert, Secretaria General del Gremi de Fabricants de Sabadell

Son ríos de tinta los que se han invertido en hablar de la industria en el área metropolitana de Barcelona. Si bien su importancia es incuestionable, es necesario echar una mirada más amplia y prestar atención en la industria de esta región. Los motivos para utilizar un foco más amplio sobre la industria en la región metropolitana de Barcelona son dos: El primero es para hablar con rigor de la industria, y el segundo es para hablar de industria en la verdadera área que mayoritariamente la acoge en nuestro país.

La industria es realmente el motor económico de esta región mediterránea. Hablar sólo de área metropolitana de Barcelona queda corto y es incompleto, ya que el AMB es una unidad administrativa que deja al margen zonas importantes como son buena parte de las dos comarcas del Vallès, del Bages o del Maresme, así como Martorell, con un centro industrial igual de relevante que la SEAT en el Baix Llobregat.

En la segunda mitad del siglo XX la industria textil y, con ella, la industria metalúrgica fueron el motor económico de Catalunya. En los cauces de los ríos Ripoll, Ter y Llobregat crecieron fábricas y se construyó la cadena económica industrial. Se crearon miles de puestos de trabajo, que al diversificarse en otros ramos, han sido la semilla y la esencia de nuestra economía. Hoy, la industria representa el 61,51%1 del PIB de la región metropolitana de Barcelona y ocupa casi el 10%2 de la población catalana.

Hemos pasado años en los que la industria se consideraba una actividad de otra época, aunque se ha demostrado que ha sido, y es, una creadora de empleo más estable que los servicios. Somos un país que se ha distraído poniendo más atención en los servicios que en la industria, sin darnos cuenta de que la industria es la que fundamenta la mayoría de los servicios. En definitiva, es una cadena de valor, que comienza en la industria, que se diversifica en diferentes especialidades (química, textil y moda, metalúrgica,..) y repercute en otros sectores económicos (logística, comercio, servicios), creando así infinidad de puestos de trabajo.

Actualmente, los productos que se fabrican en la región metropolitana de Barcelona llegan a cualquier punto del planeta y compiten con industrias de las zonas más avanzadas e industrialmente consolidadas. Nuestra área ha alcanzado niveles de exportación relevantes del total de exportaciones españolas.

Por tanto, hablar hoy del peso de la industria de nuestra región no queda sólo en la retórica de las palabras, sino que las cifras sobre los volúmenes de negocio, exportación y producción lo definen por sí mismas.

La industria es cada vez más limpia y será limpia; nuestras empresas están claramente comprometidas con el medio ambiente. Los industriales saben que la sostenibilidad medio ambiental, así como la humana y la económica, van estrechamente ligadas, ya que si no se respeta el planeta y las personas, su futuro se ve amenazado. Por eso los industriales se han formado y educado sabiendo que el objeto final es la sostenibilidad económica de sus empresas. Valoran el conocimiento y el talento, y saben que la industria competitiva es la que sabe incorporar y retener el talento.

La industria de nuestra región se ha actualizado y, por lo tanto, digitalizado. Hoy ya es natural hablar de la industria 4.0 en muchas de ellas, con diferente intensidad en función de sus necesidades y actividades. Si hace sólo tres años, las pymes industriales veían la digitalización como un reto difícil de alcanzar, hoy lo han incorporado como una normalidad sabiendo que así son más competitivas.

Debe quedar para siempre atrás la idea de que la industria contamina los ríos y el medioambiente, así como la percepción de puestos de trabajo sucios y pesados. Es momento de tomar conciencia de que el empleo en la industria requiere conocimiento. Ingenieros, informáticos, diseñadores, son quienes hacen funcionar nuestras empresas pero también los jóvenes con formación profesional, que son esperados con impaciencia para ser contratados. Por lo tanto, hoy la región metropolitana de Barcelona tiene una industria sólida, cada vez más limpia y sostenible, que ocupa conocimiento y crea oficios.

”Debe quedar para siempre atrás la idea de que la industria contamina los ríos y el medioambiente”

Todo ello obliga a replantear tanto la oferta como la metodología para la formación profesionalizadora. Necesitamos programas formativos adaptables a las necesidades de las empresas con prácticas en el centro de trabajo y actualizar con agilidad los programas formativos, en buena parte todavía pensados y ubicados en lugares que responden a las necesidades de otras épocas.

La región metropolitana de Barcelona es como un País Vasco alrededor de la capital. El Baix Llobregat supera a Guipúzcoa, así como el Vallès es más potente que Vizcaya. No somos una simple periferia de una capital global, somos la dimensión que permite a Barcelona compararse con las metrópolis de base productiva.

Eso sí, el País Vasco cuenta con un largo recorrido porque desde hace muchos años los diferentes niveles gubernamentales y de administración, junto con los empresarios, supieron llegar acuerdos y realizar una clara apuesta por hacer un país industrial. Así pues, su economía es hoy más sólida porque lo es su industria. Nosotros, mientras tanto, tenemos por delante los retos de consolidar la innovación y la formación profesional, así como la ejecución y finalización de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y la mejora de los polígonos, entre otros, que modernicen nuestra base industrial. Un horizonte que sólo alcanzaremos si compartimos la voluntad de la integración del hecho industrial en la realidad metropolitana, de modo que los servicios del centro de Barcelona no se vean ajenos a la realidad regional, sino formando parte de un mismo proyecto.

Es tiempo de darnos cuenta de que la industria es una parte relevante de la economía de nuestro país y que una parte importante de la industria es moderna, digitalizada y limpia. Es fundamental incorporar en el discurso económico y productivo a la industria como principal pilar. Fijémonos en que las zonas más ricas y que crean más riqueza lo hicieron hace muchos años. Miremos lo que tenemos y tomemos conciencia del valor que tiene, y no volvamos a olvidar que la industria merece toda la atención política y que, para conseguir los mejores objetivos, necesitamos respetarla, facilitarla y aprender de la cultura de colaboración público-privada. Escuchar a los industriales ya los que realmente entienden de industria es fundamental para definir políticas de apoyo que la hagan sobresalir al igual que lo hacen las áreas industriales punteras de Alemania, Estados Unidos, Reino Unido o los países nórdicos.

NOTAS

1 Idescat.cat. VAB. Por sectores. Comarcas y Aran (2019)

2 Idescat.cat. Población ocupada. Por ramas de actividad. Comarcas y Aran, ámbitos y provincias (2011)

Por Núria Aymerich i Rocavert, Secretaria General del Gremi de Fabricants de Sabadell

Son ríos de tinta los que se han invertido en hablar de la industria en el área metropolitana de Barcelona. Si bien su importancia es incuestionable, es necesario echar una mirada más amplia y prestar atención en la industria de esta región. Los motivos para utilizar un foco más amplio sobre la industria en la región metropolitana de Barcelona son dos: El primero es para hablar con rigor de la industria, y el segundo es para hablar de industria en la verdadera área que mayoritariamente la acoge en nuestro país.

La industria es realmente el motor económico de esta región mediterránea. Hablar sólo de área metropolitana de Barcelona queda corto y es incompleto, ya que el AMB es una unidad administrativa que deja al margen zonas importantes como son buena parte de las dos comarcas del Vallès, del Bages o del Maresme, así como Martorell, con un centro industrial igual de relevante que la SEAT en el Baix Llobregat.

En la segunda mitad del siglo XX la industria textil y, con ella, la industria metalúrgica fueron el motor económico de Catalunya. En los cauces de los ríos Ripoll, Ter y Llobregat crecieron fábricas y se construyó la cadena económica industrial. Se crearon miles de puestos de trabajo, que al diversificarse en otros ramos, han sido la semilla y la esencia de nuestra economía. Hoy, la industria representa el 61,51%1 del PIB de la región metropolitana de Barcelona y ocupa casi el 10%2 de la población catalana.

Hemos pasado años en los que la industria se consideraba una actividad de otra época, aunque se ha demostrado que ha sido, y es, una creadora de empleo más estable que los servicios. Somos un país que se ha distraído poniendo más atención en los servicios que en la industria, sin darnos cuenta de que la industria es la que fundamenta la mayoría de los servicios. En definitiva, es una cadena de valor, que comienza en la industria, que se diversifica en diferentes especialidades (química, textil y moda, metalúrgica,..) y repercute en otros sectores económicos (logística, comercio, servicios), creando así infinidad de puestos de trabajo.

Actualmente, los productos que se fabrican en la región metropolitana de Barcelona llegan a cualquier punto del planeta y compiten con industrias de las zonas más avanzadas e industrialmente consolidadas. Nuestra área ha alcanzado niveles de exportación relevantes del total de exportaciones españolas.

Por tanto, hablar hoy del peso de la industria de nuestra región no queda sólo en la retórica de las palabras, sino que las cifras sobre los volúmenes de negocio, exportación y producción lo definen por sí mismas.

La industria es cada vez más limpia y será limpia; nuestras empresas están claramente comprometidas con el medio ambiente. Los industriales saben que la sostenibilidad medio ambiental, así como la humana y la económica, van estrechamente ligadas, ya que si no se respeta el planeta y las personas, su futuro se ve amenazado. Por eso los industriales se han formado y educado sabiendo que el objeto final es la sostenibilidad económica de sus empresas. Valoran el conocimiento y el talento, y saben que la industria competitiva es la que sabe incorporar y retener el talento.

La industria de nuestra región se ha actualizado y, por lo tanto, digitalizado. Hoy ya es natural hablar de la industria 4.0 en muchas de ellas, con diferente intensidad en función de sus necesidades y actividades. Si hace sólo tres años, las pymes industriales veían la digitalización como un reto difícil de alcanzar, hoy lo han incorporado como una normalidad sabiendo que así son más competitivas.

Debe quedar para siempre atrás la idea de que la industria contamina los ríos y el medioambiente, así como la percepción de puestos de trabajo sucios y pesados. Es momento de tomar conciencia de que el empleo en la industria requiere conocimiento. Ingenieros, informáticos, diseñadores, son quienes hacen funcionar nuestras empresas pero también los jóvenes con formación profesional, que son esperados con impaciencia para ser contratados. Por lo tanto, hoy la región metropolitana de Barcelona tiene una industria sólida, cada vez más limpia y sostenible, que ocupa conocimiento y crea oficios.

«Debe quedar para siempre atrás la idea de que la industria contamina los ríos y el medioambiente”

 

 

 

Todo ello obliga a replantear tanto la oferta como la metodología para la formación profesionalizadora. Necesitamos programas formativos adaptables a las necesidades de las empresas con prácticas en el centro de trabajo y actualizar con agilidad los programas formativos, en buena parte todavía pensados y ubicados en lugares que responden a las necesidades de otras épocas.

La región metropolitana de Barcelona es como un País Vasco alrededor de la capital. El Baix Llobregat supera a Guipúzcoa, así como el Vallès es más potente que Vizcaya. No somos una simple periferia de una capital global, somos la dimensión que permite a Barcelona compararse con las metrópolis de base productiva.

Eso sí, el País Vasco cuenta con un largo recorrido porque desde hace muchos años los diferentes niveles gubernamentales y de administración, junto con los empresarios, supieron llegar acuerdos y realizar una clara apuesta por hacer un país industrial. Así pues, su economía es hoy más sólida porque lo es su industria. Nosotros, mientras tanto, tenemos por delante los retos de consolidar la innovación y la formación profesional, así como la ejecución y finalización de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y la mejora de los polígonos, entre otros, que modernicen nuestra base industrial. Un horizonte que sólo alcanzaremos si compartimos la voluntad de la integración del hecho industrial en la realidad metropolitana, de modo que los servicios del centro de Barcelona no se vean ajenos a la realidad regional, sino formando parte de un mismo proyecto.

Es tiempo de darnos cuenta de que la industria es una parte relevante de la economía de nuestro país y que una parte importante de la industria es moderna, digitalizada y limpia. Es fundamental incorporar en el discurso económico y productivo a la industria como principal pilar. Fijémonos en que las zonas más ricas y que crean más riqueza lo hicieron hace muchos años. Miremos lo que tenemos y tomemos conciencia del valor que tiene, y no volvamos a olvidar que la industria merece toda la atención política y que, para conseguir los mejores objetivos, necesitamos respetarla, facilitarla y aprender de la cultura de colaboración público-privada. Escuchar a los industriales ya los que realmente entienden de industria es fundamental para definir políticas de apoyo que la hagan sobresalir al igual que lo hacen las áreas industriales punteras de Alemania, Estados Unidos, Reino Unido o los países nórdicos.

NOTAS

1 Idescat.cat. VAB. Por sectores. Comarcas y Aran (2019)

2 Idescat.cat. Población ocupada. Por ramas de actividad. Comarcas y Aran, ámbitos y provincias (2011)

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