LA ZONA CERO DEL AUDIOVISUAL
Xavi Casinos analiza el impacto que tendrá el nuevo ‘hub’ Catalunya Media City en las Tres Chimeneas, que transformará una zona marginal de la ciudad de Barcelona en un centro puntero del audiovisual, un sector que en el último ejercicio movió 8.600 millones de euros en Cataluña
Por Xavi Casinos, periodista y escritor
La alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, no puede ocultar su satisfacción cuando guía una visita a la antigua central térmica de las Tres Chimeneas. En medio de la majestuosa sala de turbinas, imagina este futuro motor económico de la región metropolitana de Barcelona lleno de actividad convertido en una de las zonas cero de la industria audiovisual en Cataluña.
Todo está casi a punto para que después del verano de 2026 comiencen los trabajos de rehabilitación y ampliación de la vieja nave. Será el primero de los proyectos que dará luz al hub Catalunya Media City, un equipamiento altamente estratégico, pues actuará de motor no sólo de la industria audiovisual, sino también como regenerador de una de las zonas históricamente más maltratadas de la Barcelona metropolitana.
La alcaldesa Cañete no tiene todavía hecho el cálculo del impacto económico que supondrá el proyecto de las Tres Chimeneas, pero tiene claro que será de muchos ceros. Sólo la recuperación de la sala de las turbinas y la construcción de dos grandes platós en el Parque Audiovisual de Terrassa suponen una inversión de casi 71 millones de euros. Ambos proyectos se ejecutarán de forma simultánea y la intención es que sean operativos a finales de 2028.
Sant Adrià y Terrassa consolidarán de esta manera el eje vertebral de un sector que, según los últimos estudios de Acción y el CAC, movió en el último ejercicio más de 8.600 millones de euros. Reúne a más de 4.000 empresas y emplea a casi 42.000 personas. Y eso será sólo el aperitivo. Ante la térmica, también en el término municipal de Sant Adrià, está previsto un desarrollo urbanístico que incluirá nuevas viviendas y una zona económica que pivotará también alrededor de la industria audiovisual.
«La que hasta hoy ha sido una de las zonas más marginales del área metropolitana, se puede convertir pronto en uno de los sectores más prósperos de Cataluña.” |
Según Miquel Rutllant, presidente del Clúster Audiovisual de Cataluña ––entidad impulsora del hub––, prevé que esta nueva zona económica atraerá a grandes empresas de la producción audiovisual que necesitan no grandes platós —estos serán en Terrassa—, sino otros de menores dimensiones, pero muy bien equipados tecnológicamente. Y es que el futuro de la producción audiovisual será muy tecnológico, donde el vídeo por inteligencia artificial estará al frente de la industria.
Rutllant asegura que Cataluña puede situarse en el liderazgo de esta producción con tecnología puntera. Es por ello que tiene grandes expectativas en el desarrollo audiovisual de Sant Adrià, siempre que se diseñe una ambiciosa política de atracción de empresas y talento. «Netflix y Disney vendrán si hay potencia tecnológica», señala.
Esta parte será la que deberá impulsar la iniciativa privada. De momento, sin embargo, se ha puesto en marcha la correspondiente al sector público, que es la que tiene que ver con la recuperación de la nave de turbinas. Para darle nueva vida, ha ganado el concurso para su desarrollo la UTE formada por el estudio barcelonés Garcés de Seta Bonet Arquitectos y Marvel Architects de Nueva York. Los primeros son grandes especialistas en la intervención en el patrimonio. Su última obra en la capital catalana está en el corazón del barrio Gótico, donde han recuperado el antiguo hospital para religiosos de Sant Saver, en la calle de la Palla, que acoge la impresionante colección de arte Casacuberta-Marsans.
Daria de Seta, una de las socias del despacho barcelonés, dice que el proyecto que están trabajando tiene como objetivo hacer dialogar pasado y presiente en torno a la térmica. Por ello, prevén que el equipamiento sea muy permeable y que permita la circulación a través del edificio de la ciudad en el mar. La antigua nave de turbinas acogerá aulas formativas y pequeños platós para hacer prácticas, entre otras instalaciones. Será también un lugar de encuentro entre las universidades y las empresas.
El acceso se hará por un nuevo edificio anexo que distribuirá al público en las diferentes plantas por un sistema de escaleras mecánicas. El plato fuerte, sin embargo, será la que denominan sala noble, en la tercera planta, un gran espacio para grandes manifestaciones públicas.
La antigua térmica no deja de ser un lugar enigmático, lo que debe permitir a los arquitectos hacer trabajar la imaginación. Pensado en la futura nave de turbinas hace venir a la cabeza la experiencia de Herzog y DeMeuron cuando transformaron en Londres otra térmica en la Tate Modern, convertido ahora en un espacio emblemático de la capital británica.
Lo que quedará por decidir es qué pasará con el espacio de las tres chimeneas en sí. Hay quien piensa que deben convertirse en espacios de oficinas, pero también quien defiende que se queden tal cual, como símbolo de arqueología industrial y lo que debe permitir, de hecho, este diálogo entre pasado, presente y futuro.
El Catalunya Media City va más allá de la industria audiovisual, pues es un centro neurálgico estratégico que configura una especie de vértice en el litoral metropolitano que une Barcelona con el Maresme. Y además de ser un motor económico para Sant Adrià y la región metropolitana, es también un motor urbanístico que actuará de catalizador de recuperación de la zona. Junto con el desarrollo del hub, también se está impulsando la regeneración de la playa de Sant Adrià y un parque entre la antigua térmica y el mar.
En conclusión, la que hasta hoy ha sido una de las zonas más marginales del área metropolitana, se puede convertir pronto en uno de los sectores más prósperos de Cataluña gracias a un gran proyecto que es una de esas colaboraciones entre el sector público y privado que tan buenos resultados ha dado históricamente a la región metropolitana de Barcelona.
Por Xavi Casinos, periodista y escritor
La alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, no puede ocultar su satisfacción cuando guía una visita a la antigua central térmica de las Tres Chimeneas. En medio de la majestuosa sala de turbinas, imagina este futuro motor económico de la región metropolitana de Barcelona lleno de actividad convertido en una de las zonas cero de la industria audiovisual en Cataluña.
Todo está casi a punto para que después del verano de 2026 comiencen los trabajos de rehabilitación y ampliación de la vieja nave. Será el primero de los proyectos que dará luz al hub Catalunya Media City, un equipamiento altamente estratégico, pues actuará de motor no sólo de la industria audiovisual, sino también como regenerador de una de las zonas históricamente más maltratadas de la Barcelona metropolitana.
La alcaldesa Cañete no tiene todavía hecho el cálculo del impacto económico que supondrá el proyecto de las Tres Chimeneas, pero tiene claro que será de muchos ceros. Sólo la recuperación de la sala de las turbinas y la construcción de dos grandes platós en el Parque Audiovisual de Terrassa suponen una inversión de casi 71 millones de euros. Ambos proyectos se ejecutarán de forma simultánea y la intención es que sean operativos a finales de 2028.
Sant Adrià y Terrassa consolidarán de esta manera el eje vertebral de un sector que, según los últimos estudios de Acción y el CAC, movió en el último ejercicio más de 8.600 millones de euros. Reúne a más de 4.000 empresas y emplea a casi 42.000 personas. Y eso será sólo el aperitivo. Ante la térmica, también en el término municipal de Sant Adrià, está previsto un desarrollo urbanístico que incluirá nuevas viviendas y una zona económica que pivotará también alrededor de la industria audiovisual.
«La que hasta hoy ha sido una de las zonas más marginales del área metropolitana, se puede convertir pronto en uno de los sectores más prósperos de Cataluña.” |
Según Miquel Rutllant, presidente del Clúster Audiovisual de Cataluña ––entidad impulsora del hub––, prevé que esta nueva zona económica atraerá a grandes empresas de la producción audiovisual que necesitan no grandes platós —estos serán en Terrassa—, sino otros de menores dimensiones, pero muy bien equipados tecnológicamente. Y es que el futuro de la producción audiovisual será muy tecnológico, donde el vídeo por inteligencia artificial estará al frente de la industria.
Rutllant asegura que Cataluña puede situarse en el liderazgo de esta producción con tecnología puntera. Es por ello que tiene grandes expectativas en el desarrollo audiovisual de Sant Adrià, siempre que se diseñe una ambiciosa política de atracción de empresas y talento. «Netflix y Disney vendrán si hay potencia tecnológica», señala.
Esta parte será la que deberá impulsar la iniciativa privada. De momento, sin embargo, se ha puesto en marcha la correspondiente al sector público, que es la que tiene que ver con la recuperación de la nave de turbinas. Para darle nueva vida, ha ganado el concurso para su desarrollo la UTE formada por el estudio barcelonés Garcés de Seta Bonet Arquitectos y Marvel Architects de Nueva York. Los primeros son grandes especialistas en la intervención en el patrimonio. Su última obra en la capital catalana está en el corazón del barrio Gótico, donde han recuperado el antiguo hospital para religiosos de Sant Saver, en la calle de la Palla, que acoge la impresionante colección de arte Casacuberta-Marsans.
Daria de Seta, una de las socias del despacho barcelonés, dice que el proyecto que están trabajando tiene como objetivo hacer dialogar pasado y presiente en torno a la térmica. Por ello, prevén que el equipamiento sea muy permeable y que permita la circulación a través del edificio de la ciudad en el mar. La antigua nave de turbinas acogerá aulas formativas y pequeños platós para hacer prácticas, entre otras instalaciones. Será también un lugar de encuentro entre las universidades y las empresas.
El acceso se hará por un nuevo edificio anexo que distribuirá al público en las diferentes plantas por un sistema de escaleras mecánicas. El plato fuerte, sin embargo, será la que denominan sala noble, en la tercera planta, un gran espacio para grandes manifestaciones públicas.
La antigua térmica no deja de ser un lugar enigmático, lo que debe permitir a los arquitectos hacer trabajar la imaginación. Pensado en la futura nave de turbinas hace venir a la cabeza la experiencia de Herzog y DeMeuron cuando transformaron en Londres otra térmica en la Tate Modern, convertido ahora en un espacio emblemático de la capital británica.
Lo que quedará por decidir es qué pasará con el espacio de las tres chimeneas en sí. Hay quien piensa que deben convertirse en espacios de oficinas, pero también quien defiende que se queden tal cual, como símbolo de arqueología industrial y lo que debe permitir, de hecho, este diálogo entre pasado, presente y futuro.
El Catalunya Media City va más allá de la industria audiovisual, pues es un centro neurálgico estratégico que configura una especie de vértice en el litoral metropolitano que une Barcelona con el Maresme. Y además de ser un motor económico para Sant Adrià y la región metropolitana, es también un motor urbanístico que actuará de catalizador de recuperación de la zona. Junto con el desarrollo del hub, también se está impulsando la regeneración de la playa de Sant Adrià y un parque entre la antigua térmica y el mar.
En conclusión, la que hasta hoy ha sido una de las zonas más marginales del área metropolitana, se puede convertir pronto en uno de los sectores más prósperos de Cataluña gracias a un gran proyecto que es una de esas colaboraciones entre el sector público y privado que tan buenos resultados ha dado históricamente a la región metropolitana de Barcelona.
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