DESCENTRALIZAR EL TURISMO EN EL ÁREA METROPOLITANA
El cuarto teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona y responsable del Área de Economía, Vivienda, Hacienda y Turismo, Jordi Valls, y el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona, Jordi Clos han participado en un diálogo sobre Barcelona y el turismo en la sede de Foment del Treball
RethinkBCN, órgano de la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales de Fomento del Trabajo, ha impulsado el debate entre el cuarto teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona y responsable del Área de Economía, Vivienda, Hacienda y Turismo, Jordi Valls, y el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona, Jordi Clos, que ha permitido reflexionar sobre cómo debe evolucionar el turismo de la ciudad de Barcelona. Jordi Valls y Jordi Clos han coincidido en que el futuro del turismo en Barcelona pasa por la descentralización de los visitantes de la ciudad creando nuevos focos y contenedores culturales interesantes fuera de la ciudad de Barcelona para diversificar la presencia de turistas. En concreto, Jordi Clos ha planteado el reto de la gestión para redistribuir mejor el turismo y escoger el turismo que queremos a través de la prescripción de la oferta, y se ha referido a que uno de los objetivos que impulsa como presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y como presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona es «hacer que el turismo se desplace fuera de Barcelona, y para ello es necesario que se creen rutas específicas que muy a menudo se pueden basar en el sector cultural», ha dicho.

Clos ha remarcado que «hay que conseguir masa crítica suficiente para desplazar visitantes a otras zonas del área metropolitana» y ha puesto el ejemplo de la ciudad de Londres que se encuentra en el centro de la ciudad.
impulsó una nueva Tate Gallery lejos del centro más turístico y que ahora visitan más de 8 millones de personas al año y que ha permitido crear alrededor de este contenedor cultural galerías, tiendas y otros servicios interesantes para la ciudad», ha destacado.
Para Jordi Valls, «esta descentralización tiene que ser física pero también tiene que tener que ver con la demanda del tipo de turismo», y ha dicho que «tenemos que tener la capacidad de seleccionar el tipo de gente que visite la ciudad y eso se puede gestionar». «Tenemos que ser capaces de crear contenido para generar un tercio de turismo vinculado al ocio, un tercio con los negocios y los congresos, y un último tercio vinculado al ámbito cultural», ha especificado.
Gestión y regulación
Jordi Valls y Jordi Clos también han estado de acuerdo en la necesidad de gestión del turismo, y que ésta sea fruto de una colaboración público-privada. Para Valls hay que gestionar la promoción turística de forma conjunta y también hay que regular determinadas cuestiones ya que «el turismo genera impacto positivo en la ciudad pero también tiene aspectos negativos que hay que abordar» ha dicho, al referirse a la movilidad y el transporte dentro de la ciudad en zonas más saturadas por los visitantes, o al tipo de tiendas que se abren asociadas al turismo en determinadas zonas.
En este sentido, el presidente del Gremio Hoteles y de Turismo de Barcelona, Jordi Clos, ha recordado que el reto es la gestión junto a una determinada estrategia de promoción para seleccionar públicos y segmentos para que «aquellos que vengan lo hagan por algún motivo concreto, bien sea una exposición, un concierto de música a o una reunión profesional». Y ha recordado el nuevo rumbo de promoción y el cambio de lema del Visitbarcelona hacia el This is Barcelona para poner en valor la oferta y con ella seleccionar públicos. Jordi Clos ha insistido en que para él descentralizar forma parte del objetivo de gestión que se plantean y ha puesto otro ejemplo de con el proyecto de crear una Isla de los Museos en Montjuic del que forme parte tanto el MNAC como la Fundación Miró.
Durante el diálogo también se ha abordado cómo la tecnología aparte de provocar una democratización del turismo «debe servir para contribuir a gestionar los flujos de visitantes» y por tanto estar al servicio de la gestión, ha destacar Jordi Valls.
En cuanto al tema del impuesto turístico, Jordi Clos ha remarcado que «tampoco debe poner en una situación de debilidad a la ciudad de Barcelona especialmente en los casos de atracción de ferias y congresos o eventos profesionales».
Para Jordi Valls, lo realmente importante y hacia dónde tenemos que avanzar es en la «trazabilidad de la tasa y en poder explicar lo que representan para la ciudad 100 millones de euros aportados por los visitantes, cuánto permite financiar limpieza, cuánto seguridad o cuánto movilidad», ha remarcado.

Finalmente tanto Jordi Clos como Jordi Valls han dado mucha importancia a la marca Barcelona y a la necesidad de continuar trabajando para que el turismo contribuya a la buena reputación de la marca y a dar prestigio a la ciudad.
La sesión, moderada por la periodista Glòria Marin, ha permitido observar cuáles son las propuestas para profundizar en el modelo turístico de Barcelona y su impacto en el área metropolitana para los próximos años.
El consejero delegado de Aguas de Barcelona, Felipe Campos, quien ha abierto la sesión, ha dicho que «cuando estamos redefiniendo un modelo de metrópoli, no podemos pensar en un futuro de la ciudad sin tener en cuenta los factores que serán determinantes en el turismo y que afectan tanto por los ciudadanos como por las empresas que tienen que ver garantizados sus servicios públicos». Para Felipe Campos, la planificación urbana «debe tener en cuenta las tendencias turísticas y que para ello «es necesaria la colaboración público-privada para encajar turismo, vivienda, movilidad y espacio».
Por su parte, la vice presidenta de Fomento del Trabajo, Mar Alarcón, ha hecho la clausura del acto recordando que «el futuro del turismo pasa por asumir y compartir responsabilidades y por repensar y gestionar a escala como metrópoli», porque el reto del turismo afecta tanto a la calidad de vida de los residentes como al desarrollo empresarial y a la proyección internacional de Barcelona.
La jornada ha contado con la asistencia de representantes del mundo político y social de la ciudad.
A raíz de este diálogo, les proponemos una entrevista con Jordi Valls realizada por Rafael Pradas y que pueden leer a continuación.

Jordi Valls durante su intervención.
JORDI VALLS: EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA DEBE ABORDARSE CONTANDO CON EL SECTOR PÚBLICO Y EL SECTOR PRIVADO
por Rafael Pradas
El teniente de alcalde de Economía de Barcelona y vicepresidente del AMB partidario de modificar la reserva del 30% de suelo para hacerla efectiva. El turismo no debe crecer más. La tasa turística es imprescindible para minimizar el impacto de la masificación. El conocimiento, motor esencial para la ciudad, que debe recuperar también industria tradicional
Jordi Valls (Vallès, 1960) ha sido concejal y alcalde de Manresa entre 1985 y 2006, consejero de Trabajo e Industria de la Generalidad de Cataluña, presidente del Puerto de Barcelona y director general de ACTIC, además de desarrollar una intensa actividad profesional y empresarial en el sector privado. Desde junio de 2023 es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, encargado de las áreas de Economía y Hacienda y desde julio del mismo año vicepresidente del AMB. Entre sus competencias figuran dos cuestiones tan sensibles como el turismo y la política de vivienda.
– La vivienda, según los datos del Barómetro Municipal y otras encuestas, se ha convertido en el principal problema para los barceloneses. ¿Cuál es su visión sobre este tema tan complejo?
Vivimos una situación que es heredera de la crisis de 2008, de consecuencias dramáticas en términos de desempleo, de recortes en servicios básicos y de inversión de recursos públicos en el rescate bancario. En contra de lo instalado, aquella crisis no fue una burbuja inmobiliaria sino crediticia, financiera, y sus consecuencias condicionan el contexto actual limitando, por ejemplo, el gasto público en vivienda por culpa de unas reglas fiscales que ya no se ajustan a la urgencia de las necesidades actuales.
-¿Qué se puede hacer ?
Desde el gobierno municipal de Barcelona somos conscientes de la gravedad del problema y estamos firmemente comprometidos en darle respuesta, actuando en un doble sentido: Por un lado, debemos contar con todo el mundo, público y privado. Hasta ahora prácticamente el único actor era el privado. La participación y liderazgo del sector público es imprescindible y, al mismo tiempo, necesitamos que el sector privado juegue su papel para incrementar la oferta, así como para mantener el parque de vivienda social que es propiedad del sector financiero.
Una segunda cuestión básica es que necesitamos actuar a corto, medio y largo plazo, regulando e interviniendo a corto plazo, promoviendo un parque de vivienda pública a medio y largo plazo. El gobierno municipal afronta la vivienda como una misión: que en el año 2040 como mínimo un 15% de la vivienda de Barcelona sea protegida. El acceso a la vivienda debe convertirse en la quinta pata del Estado del Bienestar, como en los países más avanzados de la UE. Es evidente que no podemos prometer soluciones fáciles ni inmediatas, pero sabemos qué hacer y cómo hacerlo para revertir la situación.
– Supongo que se refiere al Plan Vivir, Plan de Vivienda 2026-2033
Nos hemos fijado objetivos ambiciosos de producción de vivienda: poder entregar 3.000 claves al final de este mandato, tener 5.000 viviendas en construcción cada año y finalizar el 2027 con suelo preparado para la construcción de 10.000 viviendas. Con el fin de avanzar y doblar la producción anual de viviendas de 500 a 1.000, hito que ya hemos conseguido, hemos coordinado las gerencias de urbanismo, de vivienda, de economía y de patrimonio con el fin de dinamizar todo el suelo público y privado en la ciudad. Este suelo lo ponemos a disposición del sector privado y social a través de derechos de superficie mediante el convenio con las entidades sociales de vivienda y los concursos abiertos para la promoción de vivienda.
Por otro lado, a través del Consorcio de la Vivienda de Barcelona, gestionamos ayudas para pago de alquiler dirigidas a diferentes grupos de población y para intervenir en el corto plazo, continuamos defendiendo la regulación del mercado de alquiler para la contención de precios, pidiendo su extensión al alquiler de temporada y de habitaciones.
«En una zona que hemos declarado de mercado tensionado no nos podemos permitir tener más de 10.000 pisos destinados a una actividad económica como el turismo.” |
DIMENSIÓN METROPOLITANA
– ¿Se puede articular una auténtica política de vivienda de alcance metropolitano y catalán contando con todas las administraciones?
No sólo se puede, es imprescindible. El problema de la vivienda no es local, es principalmente metropolitano: la ciudad real, la de los 5 millones. Y por tanto, de país. Se calcula que Cataluña crecerá hasta 10 millones de habitantes de aquí a 2050. Cabe preguntarse dónde y cómo vivirán. Ya se está actuando a este nivel, contamos con un operador metropolitano de la vivienda y un Plan Territorial Sectorial de Vivienda que prevé cerca más de 196.000 viviendas sociales/asequibles en la región metropolitana hasta 2044.
Ahora el reto es articular una gobernanza que permita poner en común suelo (con un banco de suelo compartido de alcance metropolitano), un registro único de solicitantes, listas de vivienda y una oficina metropolitana de la vivienda. Sorprendentemente, ahora tenemos una oportunidad: todas instituciones están alineadas en la política de vivienda, es un consenso amplio que también implica una gran mayoría de fuerzas políticas, que cuenta con el impulso de la Generalitat, del gobierno del Estado con proyectos estratégicos como el PERTE para la producción industrial de vivienda, e incluso con implicación a nivel europeo como evidencia la iniciativa Mayors for Housing que lidera Barcelona.
– La falta de suelo en Barcelona es un reto de primer nivel…
A día de hoy, todavía quedan algunas bolsas de suelo en la ciudad para vivienda. Hablamos de Sagrera, la Marina, el 22@ y el Bon Pastor. Más allá de eso, no queda más suelo en Barcelona. La mirada en el futuro debe estar en el ámbito metropolitano, como señalaba antes, pensando en el área y la región metropolitana y en la aplicación de medidas como el Tantteo y Retracto y en la reserva del 30%. En este último caso, con una reforma de la ordenanza que le permita ser efectiva y no suponga un freno a la promoción de vivienda.
– Hay sectores jurídicos e inmobiliarios que apuntan un exceso de regulación en materia de vivienda… Y también demasiada burocracia en la tramitación de las licencias que retrasa la construcción…
Una de las lecciones de la gran crisis de 2008 es que es necesaria regulación y control. Hasta entonces se había delegado la garantía de un derecho básico como la vivienda en el mercado (liberalización del suelo y financiación descontrolada). Y acabó con la crisis más grave en décadas y el sector público rescatando el sistema financiero. Por descontado, esta intervención y regulación hay que hacerla bien y contrastando resultados e impactos. Por ejemplo, venimos de una subida del 68% de los alquileres en Barcelona entre 2013 y 2023, muy por encima de los salarios. Y podemos decir que la regulación funciona: bajada del precio del 8,9% interanual respecto al primer trimestre de 2024.
Otro ejemplo en sentido contrario: la reserva del 30% es necesaria y es una buena medida, pero hay que corregirla para que sea efectiva. Quiere decir que nadie debe ser dogmático, y tendremos que ir actuando y revisando las actuaciones en función de sus resultados.
– ¿Cómo debería abordarse definitivamente de manera práctica y realista esta reserva del 30% de suelo?
Nuestro gobierno defiende que la reserva del 30% debe mantenerse en la ciudad, pero reconocemos que su configuración actual no ha sido efectiva y no ha incentivado la promoción de vivienda y la rehabilitación.
Hemos establecido diálogos con el resto de grupos municipales para poder modificar la norma sin tocar su propio espíritu, pero garantizando su efectividad. Desgraciadamente, no hemos llegado a un acuerdo y Junts se levantó de la mesa de negociación. Nosotros nos mantenemos con la mano tendida para llegar a un acuerdo, pero no eternizaremos la negociación.
– Hay pequeños propietarios que expresan sus recelos a alquilar un piso en Barcelona, y otras poblaciones metropolitanas y catalanas, y aunque el precio ha caído, parece que hay menos pisos de alquiler y no accesibles a la gran mayoría de población
Hay que desmentir esta afirmación: no se ha reducido el número de alquileres en la ciudad. Si seguimos los datos del INCASOL, donde se depositan las fianzas de los contratos de alquiler, vemos que el número absoluto de contratos ha aumentado. Dicho esto, en relación con la preocupación que pueden tener pequeños propietarios por alquilar, hay que recordar que el Ayuntamiento ofrece un plan de cesión de vivienda que garantiza una renta fija a los propietarios con el fin de darles tranquilidad y estabilidad. Continuaremos trabajando en esta línea para ver los puntos de mejora del programa y una posible ampliación.
LA VISTA PUESTA EN EUROPA
– ¿Qué política debería adoptarse respecto del alquiler de temporada que se ha convertido, en cierta medida, en alternativa al alquiler tradicional?
Según el Observatorio Metropolitano de la Vivienda, el 40% de la oferta en Barcelona ya es de alquiler de temporada. Ha llegado el momento de acabar con el fraude: en Barcelona, en concreto, el número de nuevos contratos de alquiler de temporada ha crecido un 62% desde que entró en vigor el tope de precios. Esperamos que todas las fuerzas políticas estén a la altura cuando voten la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos que se está tramitando en el Congreso de los Diputados y también en el Parlamento.
– ¿Es posible la reducción drástica de pisos turísticos sin un acuerdo con los propietarios sobre el destino futuro de la vivienda que saldrá al mercado? ¿El cierre de pisos turísticos puede tener algún impacto negativo sobre el comercio de proximidad como algunos sectores señalan?
La eliminación de todas las licencias de viviendas de uso turístico en Barcelona en 2028 es una medida que se inscribe en el objetivo prioritario para este gobierno de generar oferta de vivienda residencial. En una zona que hemos declarado de mercado tensionado no nos podemos permitir tener más de 10.000 pisos destinados a una actividad económica como el turismo, debemos retornar a su uso como vivienda, este debe ser su destino futuro.
En cuanto al impacto sobre el comercio de proximidad, debemos recordar que justamente allí donde está más amenazado es en las áreas de mayor afluencia turística, que tienden a generar una oferta más dirigida al visitante que al vecindario de Barcelona. La recuperación de los pisos turísticos para vivienda y, por tanto, el fortalecimiento del tejido vecinal, debe contribuir necesariamente a reducir esta presión sobre el pequeño comercio y a generar demanda de comercio de barrio.
– Usted ya ha señalado, de hecho, que el alcalde Collboni es impulsor de una política europea en materia de vivienda. ¿Por dónde tendría que pasar para que fuera un apoyo sustancial a las ciudades?
La acción en la Unión Europea se ha convertido en una de las patas prioritarias para el gobierno municipal. Buscamos que se reconozca que las ciudades somos la punta de lanza en la defensa del derecho a la vivienda. Nos encontramos en una situación en la que debemos dar respuesta de forma directa a la problemática al acceso a la vivienda pero no disponemos de suficientes recursos y todavía tenemos las limitaciones presupuestarias propias del contexto de la crisis financiera de 2008. Por eso reclamamos que las inversiones en vivienda no cuenten a las reglas de estabilidad presupuestaria y que se dediquen más fondos estructurales a vivienda. Defendemos que la declaración de una zona de mercado de vivienda tensionada debe ser un criterio para poder recibir fondos europeos.
Reclamamos también una regulación clara de las Viviendas de Uso Turístico que no impida que las ciudades podamos decidir su prohibición en contextos de mercado tensionado, donde el uso residencial debe ser prioritario.
LAS DOS CARAS DEL TURISMO
– El turismo también es visto como un problema para buena parte de los barceloneses, pero es una actividad económica primordial de la ciudad y el sector habla de descenso de la ocupación hotelera y de ralentización de la actividad…
En Barcelona, la actividad turística representa más del 14% del PIB, ocupa el 15% del tejido empresarial y da trabajo a alrededor de 150.000 personas. Es uno de los principales sectores económicos de la ciudad, pero no queremos que crezca más allá, estamos convencidos de que hemos tocado techo y que no tiene sentido seguir aspirando a crecer infinitamente, porque la ciudad no se lo puede permitir.
Creo que en esto hemos alcanzado un consenso bastante amplio, hoy incluso el sector es consciente de que seguir incrementando el número de visitantes no aporta valor adicional y, en cambio, está generando costes que afectan, no sólo para la calidad de vida de la ciudadanía, sino también a la propia actividad turística. En las últimas encuestas, el 59% de los turistas creen que hay demasiados turistas en los lugares que visitan. Y los datos que recogen el malestar ciudadano crecen año tras año.
Eso nos obliga, y así lo estamos haciendo, a replantear la política turística, pero también a cambiar la manera en que midemos los éxitos, y abandonar la lógica de creer que más siempre es mejor, porque ya no es así. El año pasado, por ejemplo, se produjo una estabilización en el número de visitantes y un ligero aumento del impacto económico, y eso debemos saberlo leer como una buena noticia.
– Desde el sector se advierte sobre el posible impacto negativo del aumento de la tasa turística…
Algunas voces del sector, no todas, han tenido históricamente una posición alarmista con la fiscalidad turística, pero sus pronósticos nunca se han acabado haciendo realidad. Cuando se creó el impuesto turístico, en el año 2012, advertían que esto nos restaría competitividad y reduciría la afluencia turística, y es bastante evidente que no ha sido así.
La fiscalidad turística –que pagan los turistas, no el sector turístico– es un instrumento imprescindible, tanto para dar servicio a los propios visitantes que hacen uso de la ciudad, como para disponer de recursos para minimizar los impactos de la masificación turística e impulsar proyectos de retorno social como la climatización de las escuelas.
Si no dispusiéramos de este impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos (IEET) y del despliegue de su recargo, habría sido necesario incrementar la presión fiscal a la ciudadanía de Barcelona para responder al gasto en limpieza, transporte, seguridad, etc. que supone la presencia en Barcelona de 16 millones de visitantes al año, y eso no sería justo. Las personas, cuando viajamos, tenemos derechos pero también deberes, y es razonable que contribuyamos fiscalmente al uso que hacemos de los lugares que nos acogen.
– Pero ¿cómo afrontar la masificación, el impacto negativo sobre los entornos urbanos y sociales en diversos ámbitos (congestión, monocultivo comercial, vivienda…)? Ciutat Vella o Sagrada Familia quizás son los paradigmas…
Justamente para desarrollar políticas que minimicen los efectos de esta masificación debemos disponer de los recursos que recaudamos con el IEET o tasa turística. En Barcelona hemos elaborado un Plan de gestión de los Espacios de Gran Afluencia, donde se despliegan medidas con una visión integral que afectan al espacio público, a la protección del comercio local, la movilidad o a los usos.
En Sagrada Familia, por ejemplo, hemos desplegado agentes cívicos, hemos reordenado el estacionamiento de autocares, estamos iniciando las obras para convertir el espacio frente a la fachada de la calle Marina en una gran plaza ciudadana, estamos organizando juegos dirigidos al vecindario y al público familiar que han tenido muy buena acogida. Son medidas de microgestión en un espacio que es de alta complejidad. En el Parque Güell también se ha reordenado la movilidad, se ha eliminado la venta presencial de entradas y se prevé una inversión de hasta 39M de euros hasta 2027 en mejoras urbanísticas en los barrios del entorno y en el parque, que se financian con los recursos que genera el propio equipamiento.
También estamos interviniendo en La Gardunya y Boqueria, en la Rambla, la plaza Reial, el Turó de la Rovira, y hasta ocho espacios turísticos de gran afluencia donde se hacen también campañas específicas dirigidas a los visitantes y se ha abierto una línea de subvenciones para la preservación del comercio local.
– Barcelona tendrá Presupuestos en 2026?
Negociaremos con todos los grupos municipales para aprobar el presupuesto y escucharemos sus propuestas. Estoy convencido de que nuestro proyecto es el que hoy tiene capacidad de aglutinar mayorías más amplias. En un contexto de fragmentación política como el que tenemos, es imprescindible la capacidad de entendimiento y de buscar acuerdos.
– ¿Cuál es su visión y valoración global de la actividad económica en la ciudad? ¿Qué sectores son prioritarios en este momento ?
Históricamente se ha considerado que los grandes motores económicos de Barcelona eran el Puerto, el Aeropuerto, la Zona Franca y la Feria. Sin duda, lo son y lo seguirán siendo. Pero hoy a estos se suma un nuevo motor esencial de progreso: el conocimiento.
Hoy son también motores principales del progreso la ciencia, la innovación y la investigación, y la tecnología más avanzada: el Barcelona Supercomputing Center, BSC, el Parque de Investigación Biomédica, el Barcelona Institute of Science and Technology, el Sincrotó Alba o la Ciudadela del Conocimiento, entre muchos otros.
Al mismo tiempo debemos recuperar musculatura en la industria tradicional, con acciones extraordinarias como la nueva planta de Chery en la Zona Franca, y la industria 4.0. Y dimensionar el turismo a las capacidades de la ciudad.
En definitiva, debemos garantizar que todos los sectores convivan y se refuercen siempre teniendo como objetivo mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Barcelona, de sus sueldos, derechos sociales y laborales, y el bienestar de todos.
RethinkBCN, órgano de la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales de Fomento del Trabajo, ha impulsado el debate entre el cuarto teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona y responsable del Área de Economía, Vivienda, Hacienda y Turismo, Jordi Valls, y el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona, Jordi Clos, que ha permitido reflexionar sobre cómo debe evolucionar el turismo de la ciudad de Barcelona. Jordi Valls y Jordi Clos han coincidido en que el futuro del turismo en Barcelona pasa por la descentralización de los visitantes de la ciudad creando nuevos focos y contenedores culturales interesantes fuera de la ciudad de Barcelona para diversificar la presencia de turistas. En concreto, Jordi Clos ha planteado el reto de la gestión para redistribuir mejor el turismo y escoger el turismo que queremos a través de la prescripción de la oferta, y se ha referido a que uno de los objetivos que impulsa como presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y como presidente del Comité Ejecutivo de Turismo de Barcelona es «hacer que el turismo se desplace fuera de Barcelona, y para ello es necesario que se creen rutas específicas que muy a menudo se pueden basar en el sector cultural», ha dicho.

Clos ha remarcado que «hay que conseguir masa crítica suficiente para desplazar visitantes a otras zonas del área metropolitana» y ha puesto el ejemplo de la ciudad de Londres que se encuentra en el centro de la ciudad.
impulsó una nueva Tate Gallery lejos del centro más turístico y que ahora visitan más de 8 millones de personas al año y que ha permitido crear alrededor de este contenedor cultural galerías, tiendas y otros servicios interesantes para la ciudad», ha destacado.
Para Jordi Valls, «esta descentralización tiene que ser física pero también tiene que tener que ver con la demanda del tipo de turismo», y ha dicho que «tenemos que tener la capacidad de seleccionar el tipo de gente que visite la ciudad y eso se puede gestionar». «Tenemos que ser capaces de crear contenido para generar un tercio de turismo vinculado al ocio, un tercio con los negocios y los congresos, y un último tercio vinculado al ámbito cultural», ha especificado.
Gestión y regulación
Jordi Valls y Jordi Clos también han estado de acuerdo en la necesidad de gestión del turismo, y que ésta sea fruto de una colaboración público-privada. Para Valls hay que gestionar la promoción turística de forma conjunta y también hay que regular determinadas cuestiones ya que «el turismo genera impacto positivo en la ciudad pero también tiene aspectos negativos que hay que abordar» ha dicho, al referirse a la movilidad y el transporte dentro de la ciudad en zonas más saturadas por los visitantes, o al tipo de tiendas que se abren asociadas al turismo en determinadas zonas.
En este sentido, el presidente del Gremio Hoteles y de Turismo de Barcelona, Jordi Clos, ha recordado que el reto es la gestión junto a una determinada estrategia de promoción para seleccionar públicos y segmentos para que «aquellos que vengan lo hagan por algún motivo concreto, bien sea una exposición, un concierto de música a o una reunión profesional». Y ha recordado el nuevo rumbo de promoción y el cambio de lema del Visitbarcelona hacia el This is Barcelona para poner en valor la oferta y con ella seleccionar públicos. Jordi Clos ha insistido en que para él descentralizar forma parte del objetivo de gestión que se plantean y ha puesto otro ejemplo de con el proyecto de crear una Isla de los Museos en Montjuic del que forme parte tanto el MNAC como la Fundación Miró.

Durante el diálogo también se ha abordado cómo la tecnología aparte de provocar una democratización del turismo «debe servir para contribuir a gestionar los flujos de visitantes» y por tanto estar al servicio de la gestión, ha destacar Jordi Valls.
En cuanto al tema del impuesto turístico, Jordi Clos ha remarcado que «tampoco debe poner en una situación de debilidad a la ciudad de Barcelona especialmente en los casos de atracción de ferias y congresos o eventos profesionales».
Para Jordi Valls, lo realmente importante y hacia dónde tenemos que avanzar es en la «trazabilidad de la tasa y en poder explicar lo que representan para la ciudad 100 millones de euros aportados por los visitantes, cuánto permite financiar limpieza, cuánto seguridad o cuánto movilidad», ha remarcado.
Finalmente tanto Jordi Clos como Jordi Valls han dado mucha importancia a la marca Barcelona y a la necesidad de continuar trabajando para que el turismo contribuya a la buena reputación de la marca y a dar prestigio a la ciudad.
La sesión, moderada por la periodista Glòria Marin, ha permitido observar cuáles son las propuestas para profundizar en el modelo turístico de Barcelona y su impacto en el área metropolitana para los próximos años.
El consejero delegado de Aguas de Barcelona, Felipe Campos, quien ha abierto la sesión, ha dicho que «cuando estamos redefiniendo un modelo de metrópoli, no podemos pensar en un futuro de la ciudad sin tener en cuenta los factores que serán determinantes en el turismo y que afectan tanto por los ciudadanos como por las empresas que tienen que ver garantizados sus servicios públicos». Para Felipe Campos, la planificación urbana «debe tener en cuenta las tendencias turísticas y que para ello «es necesaria la colaboración público-privada para encajar turismo, vivienda, movilidad y espacio».
Por su parte, la vice presidenta de Fomento del Trabajo, Mar Alarcón, ha hecho la clausura del acto recordando que «el futuro del turismo pasa por asumir y compartir responsabilidades y por repensar y gestionar a escala como metrópoli», porque el reto del turismo afecta tanto a la calidad de vida de los residentes como al desarrollo empresarial y a la proyección internacional de Barcelona.
La jornada ha contado con la asistencia de representantes del mundo político y social de la ciudad.
A raíz de este diálogo, les proponemos una entrevista con Jordi Valls realizada por Rafael Pradas y que pueden leer a continuación.

Jordi Valls durante su intervención.
JORDI VALLS: EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA DEBE ABORDARSE CONTANDO CON EL SECTOR PÚBLICO Y EL SECTOR PRIVADO
por Rafael Pradas
El teniente de alcalde de Economía de Barcelona y vicepresidente del AMB partidario de modificar la reserva del 30% de suelo para hacerla efectiva. El turismo no debe crecer más. La tasa turística es imprescindible para minimizar el impacto de la masificación. El conocimiento, motor esencial para la ciudad, que debe recuperar también industria tradicional
Jordi Valls (Vallès, 1960) ha sido concejal y alcalde de Manresa entre 1985 y 2006, consejero de Trabajo e Industria de la Generalidad de Cataluña, presidente del Puerto de Barcelona y director general de ACTIC, además de desarrollar una intensa actividad profesional y empresarial en el sector privado. Desde junio de 2023 es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, encargado de las áreas de Economía y Hacienda y desde julio del mismo año vicepresidente del AMB. Entre sus competencias figuran dos cuestiones tan sensibles como el turismo y la política de vivienda.
– La vivienda, según los datos del Barómetro Municipal y otras encuestas, se ha convertido en el principal problema para los barceloneses. ¿Cuál es su visión sobre este tema tan complejo?
Vivimos una situación que es heredera de la crisis de 2008, de consecuencias dramáticas en términos de desempleo, de recortes en servicios básicos y de inversión de recursos públicos en el rescate bancario. En contra de lo instalado, aquella crisis no fue una burbuja inmobiliaria sino crediticia, financiera, y sus consecuencias condicionan el contexto actual limitando, por ejemplo, el gasto público en vivienda por culpa de unas reglas fiscales que ya no se ajustan a la urgencia de las necesidades actuales.
-¿Qué se puede hacer ?
Desde el gobierno municipal de Barcelona somos conscientes de la gravedad del problema y estamos firmemente comprometidos en darle respuesta, actuando en un doble sentido: Por un lado, debemos contar con todo el mundo, público y privado. Hasta ahora prácticamente el único actor era el privado. La participación y liderazgo del sector público es imprescindible y, al mismo tiempo, necesitamos que el sector privado juegue su papel para incrementar la oferta, así como para mantener el parque de vivienda social que es propiedad del sector financiero.
Una segunda cuestión básica es que necesitamos actuar a corto, medio y largo plazo, regulando e interviniendo a corto plazo, promoviendo un parque de vivienda pública a medio y largo plazo. El gobierno municipal afronta la vivienda como una misión: que en el año 2040 como mínimo un 15% de la vivienda de Barcelona sea protegida. El acceso a la vivienda debe convertirse en la quinta pata del Estado del Bienestar, como en los países más avanzados de la UE. Es evidente que no podemos prometer soluciones fáciles ni inmediatas, pero sabemos qué hacer y cómo hacerlo para revertir la situación.
– Supongo que se refiere al Plan Vivir, Plan de Vivienda 2026-2033
Nos hemos fijado objetivos ambiciosos de producción de vivienda: poder entregar 3.000 claves al final de este mandato, tener 5.000 viviendas en construcción cada año y finalizar el 2027 con suelo preparado para la construcción de 10.000 viviendas. Con el fin de avanzar y doblar la producción anual de viviendas de 500 a 1.000, hito que ya hemos conseguido, hemos coordinado las gerencias de urbanismo, de vivienda, de economía y de patrimonio con el fin de dinamizar todo el suelo público y privado en la ciudad. Este suelo lo ponemos a disposición del sector privado y social a través de derechos de superficie mediante el convenio con las entidades sociales de vivienda y los concursos abiertos para la promoción de vivienda.
Por otro lado, a través del Consorcio de la Vivienda de Barcelona, gestionamos ayudas para pago de alquiler dirigidas a diferentes grupos de población y para intervenir en el corto plazo, continuamos defendiendo la regulación del mercado de alquiler para la contención de precios, pidiendo su extensión al alquiler de temporada y de habitaciones.
«En una zona que hemos declarado de mercado tensionado no nos podemos permitir tener más de 10.000 pisos destinados a una actividad económica como el turismo.” |
DIMENSIÓN METROPOLITANA
– ¿Se puede articular una auténtica política de vivienda de alcance metropolitano y catalán contando con todas las administraciones?
No sólo se puede, es imprescindible. El problema de la vivienda no es local, es principalmente metropolitano: la ciudad real, la de los 5 millones. Y por tanto, de país. Se calcula que Cataluña crecerá hasta 10 millones de habitantes de aquí a 2050. Cabe preguntarse dónde y cómo vivirán. Ya se está actuando a este nivel, contamos con un operador metropolitano de la vivienda y un Plan Territorial Sectorial de Vivienda que prevé cerca más de 196.000 viviendas sociales/asequibles en la región metropolitana hasta 2044.
Ahora el reto es articular una gobernanza que permita poner en común suelo (con un banco de suelo compartido de alcance metropolitano), un registro único de solicitantes, listas de vivienda y una oficina metropolitana de la vivienda. Sorprendentemente, ahora tenemos una oportunidad: todas instituciones están alineadas en la política de vivienda, es un consenso amplio que también implica una gran mayoría de fuerzas políticas, que cuenta con el impulso de la Generalitat, del gobierno del Estado con proyectos estratégicos como el PERTE para la producción industrial de vivienda, e incluso con implicación a nivel europeo como evidencia la iniciativa Mayors for Housing que lidera Barcelona.
– La falta de suelo en Barcelona es un reto de primer nivel…
A día de hoy, todavía quedan algunas bolsas de suelo en la ciudad para vivienda. Hablamos de Sagrera, la Marina, el 22@ y el Bon Pastor. Más allá de eso, no queda más suelo en Barcelona. La mirada en el futuro debe estar en el ámbito metropolitano, como señalaba antes, pensando en el área y la región metropolitana y en la aplicación de medidas como el Tantteo y Retracto y en la reserva del 30%. En este último caso, con una reforma de la ordenanza que le permita ser efectiva y no suponga un freno a la promoción de vivienda.
– Hay sectores jurídicos e inmobiliarios que apuntan un exceso de regulación en materia de vivienda… Y también demasiada burocracia en la tramitación de las licencias que retrasa la construcción…
Una de las lecciones de la gran crisis de 2008 es que es necesaria regulación y control. Hasta entonces se había delegado la garantía de un derecho básico como la vivienda en el mercado (liberalización del suelo y financiación descontrolada). Y acabó con la crisis más grave en décadas y el sector público rescatando el sistema financiero. Por descontado, esta intervención y regulación hay que hacerla bien y contrastando resultados e impactos. Por ejemplo, venimos de una subida del 68% de los alquileres en Barcelona entre 2013 y 2023, muy por encima de los salarios. Y podemos decir que la regulación funciona: bajada del precio del 8,9% interanual respecto al primer trimestre de 2024.
Otro ejemplo en sentido contrario: la reserva del 30% es necesaria y es una buena medida, pero hay que corregirla para que sea efectiva. Quiere decir que nadie debe ser dogmático, y tendremos que ir actuando y revisando las actuaciones en función de sus resultados.
– ¿Cómo debería abordarse definitivamente de manera práctica y realista esta reserva del 30% de suelo?
Nuestro gobierno defiende que la reserva del 30% debe mantenerse en la ciudad, pero reconocemos que su configuración actual no ha sido efectiva y no ha incentivado la promoción de vivienda y la rehabilitación.
Hemos establecido diálogos con el resto de grupos municipales para poder modificar la norma sin tocar su propio espíritu, pero garantizando su efectividad. Desgraciadamente, no hemos llegado a un acuerdo y Junts se levantó de la mesa de negociación. Nosotros nos mantenemos con la mano tendida para llegar a un acuerdo, pero no eternizaremos la negociación.
– Hay pequeños propietarios que expresan sus recelos a alquilar un piso en Barcelona, y otras poblaciones metropolitanas y catalanas, y aunque el precio ha caído, parece que hay menos pisos de alquiler y no accesibles a la gran mayoría de población
Hay que desmentir esta afirmación: no se ha reducido el número de alquileres en la ciudad. Si seguimos los datos del INCASOL, donde se depositan las fianzas de los contratos de alquiler, vemos que el número absoluto de contratos ha aumentado. Dicho esto, en relación con la preocupación que pueden tener pequeños propietarios por alquilar, hay que recordar que el Ayuntamiento ofrece un plan de cesión de vivienda que garantiza una renta fija a los propietarios con el fin de darles tranquilidad y estabilidad. Continuaremos trabajando en esta línea para ver los puntos de mejora del programa y una posible ampliación.
LA VISTA PUESTA EN EUROPA
– ¿Qué política debería adoptarse respecto del alquiler de temporada que se ha convertido, en cierta medida, en alternativa al alquiler tradicional?
Según el Observatorio Metropolitano de la Vivienda, el 40% de la oferta en Barcelona ya es de alquiler de temporada. Ha llegado el momento de acabar con el fraude: en Barcelona, en concreto, el número de nuevos contratos de alquiler de temporada ha crecido un 62% desde que entró en vigor el tope de precios. Esperamos que todas las fuerzas políticas estén a la altura cuando voten la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos que se está tramitando en el Congreso de los Diputados y también en el Parlamento.
– ¿Es posible la reducción drástica de pisos turísticos sin un acuerdo con los propietarios sobre el destino futuro de la vivienda que saldrá al mercado? ¿El cierre de pisos turísticos puede tener algún impacto negativo sobre el comercio de proximidad como algunos sectores señalan?
La eliminación de todas las licencias de viviendas de uso turístico en Barcelona en 2028 es una medida que se inscribe en el objetivo prioritario para este gobierno de generar oferta de vivienda residencial. En una zona que hemos declarado de mercado tensionado no nos podemos permitir tener más de 10.000 pisos destinados a una actividad económica como el turismo, debemos retornar a su uso como vivienda, este debe ser su destino futuro.
En cuanto al impacto sobre el comercio de proximidad, debemos recordar que justamente allí donde está más amenazado es en las áreas de mayor afluencia turística, que tienden a generar una oferta más dirigida al visitante que al vecindario de Barcelona. La recuperación de los pisos turísticos para vivienda y, por tanto, el fortalecimiento del tejido vecinal, debe contribuir necesariamente a reducir esta presión sobre el pequeño comercio y a generar demanda de comercio de barrio.
– Usted ya ha señalado, de hecho, que el alcalde Collboni es impulsor de una política europea en materia de vivienda. ¿Por dónde tendría que pasar para que fuera un apoyo sustancial a las ciudades?
La acción en la Unión Europea se ha convertido en una de las patas prioritarias para el gobierno municipal. Buscamos que se reconozca que las ciudades somos la punta de lanza en la defensa del derecho a la vivienda. Nos encontramos en una situación en la que debemos dar respuesta de forma directa a la problemática al acceso a la vivienda pero no disponemos de suficientes recursos y todavía tenemos las limitaciones presupuestarias propias del contexto de la crisis financiera de 2008. Por eso reclamamos que las inversiones en vivienda no cuenten a las reglas de estabilidad presupuestaria y que se dediquen más fondos estructurales a vivienda. Defendemos que la declaración de una zona de mercado de vivienda tensionada debe ser un criterio para poder recibir fondos europeos.
Reclamamos también una regulación clara de las Viviendas de Uso Turístico que no impida que las ciudades podamos decidir su prohibición en contextos de mercado tensionado, donde el uso residencial debe ser prioritario.
LAS DOS CARAS DEL TURISMO
– El turismo también es visto como un problema para buena parte de los barceloneses, pero es una actividad económica primordial de la ciudad y el sector habla de descenso de la ocupación hotelera y de ralentización de la actividad…
En Barcelona, la actividad turística representa más del 14% del PIB, ocupa el 15% del tejido empresarial y da trabajo a alrededor de 150.000 personas. Es uno de los principales sectores económicos de la ciudad, pero no queremos que crezca más allá, estamos convencidos de que hemos tocado techo y que no tiene sentido seguir aspirando a crecer infinitamente, porque la ciudad no se lo puede permitir.
Creo que en esto hemos alcanzado un consenso bastante amplio, hoy incluso el sector es consciente de que seguir incrementando el número de visitantes no aporta valor adicional y, en cambio, está generando costes que afectan, no sólo para la calidad de vida de la ciudadanía, sino también a la propia actividad turística. En las últimas encuestas, el 59% de los turistas creen que hay demasiados turistas en los lugares que visitan. Y los datos que recogen el malestar ciudadano crecen año tras año.
Eso nos obliga, y así lo estamos haciendo, a replantear la política turística, pero también a cambiar la manera en que midemos los éxitos, y abandonar la lógica de creer que más siempre es mejor, porque ya no es así. El año pasado, por ejemplo, se produjo una estabilización en el número de visitantes y un ligero aumento del impacto económico, y eso debemos saberlo leer como una buena noticia.
– Desde el sector se advierte sobre el posible impacto negativo del aumento de la tasa turística…
Algunas voces del sector, no todas, han tenido históricamente una posición alarmista con la fiscalidad turística, pero sus pronósticos nunca se han acabado haciendo realidad. Cuando se creó el impuesto turístico, en el año 2012, advertían que esto nos restaría competitividad y reduciría la afluencia turística, y es bastante evidente que no ha sido así.
La fiscalidad turística –que pagan los turistas, no el sector turístico– es un instrumento imprescindible, tanto para dar servicio a los propios visitantes que hacen uso de la ciudad, como para disponer de recursos para minimizar los impactos de la masificación turística e impulsar proyectos de retorno social como la climatización de las escuelas.
Si no dispusiéramos de este impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos (IEET) y del despliegue de su recargo, habría sido necesario incrementar la presión fiscal a la ciudadanía de Barcelona para responder al gasto en limpieza, transporte, seguridad, etc. que supone la presencia en Barcelona de 16 millones de visitantes al año, y eso no sería justo. Las personas, cuando viajamos, tenemos derechos pero también deberes, y es razonable que contribuyamos fiscalmente al uso que hacemos de los lugares que nos acogen.
– Pero ¿cómo afrontar la masificación, el impacto negativo sobre los entornos urbanos y sociales en diversos ámbitos (congestión, monocultivo comercial, vivienda…)? Ciutat Vella o Sagrada Familia quizás son los paradigmas…
Justamente para desarrollar políticas que minimicen los efectos de esta masificación debemos disponer de los recursos que recaudamos con el IEET o tasa turística. En Barcelona hemos elaborado un Plan de gestión de los Espacios de Gran Afluencia, donde se despliegan medidas con una visión integral que afectan al espacio público, a la protección del comercio local, la movilidad o a los usos.
En Sagrada Familia, por ejemplo, hemos desplegado agentes cívicos, hemos reordenado el estacionamiento de autocares, estamos iniciando las obras para convertir el espacio frente a la fachada de la calle Marina en una gran plaza ciudadana, estamos organizando juegos dirigidos al vecindario y al público familiar que han tenido muy buena acogida. Son medidas de microgestión en un espacio que es de alta complejidad. En el Parque Güell también se ha reordenado la movilidad, se ha eliminado la venta presencial de entradas y se prevé una inversión de hasta 39M de euros hasta 2027 en mejoras urbanísticas en los barrios del entorno y en el parque, que se financian con los recursos que genera el propio equipamiento.
También estamos interviniendo en La Gardunya y Boqueria, en la Rambla, la plaza Reial, el Turó de la Rovira, y hasta ocho espacios turísticos de gran afluencia donde se hacen también campañas específicas dirigidas a los visitantes y se ha abierto una línea de subvenciones para la preservación del comercio local.
– Barcelona tendrá Presupuestos en 2026?
Negociaremos con todos los grupos municipales para aprobar el presupuesto y escucharemos sus propuestas. Estoy convencido de que nuestro proyecto es el que hoy tiene capacidad de aglutinar mayorías más amplias. En un contexto de fragmentación política como el que tenemos, es imprescindible la capacidad de entendimiento y de buscar acuerdos.
– ¿Cuál es su visión y valoración global de la actividad económica en la ciudad? ¿Qué sectores son prioritarios en este momento ?
Históricamente se ha considerado que los grandes motores económicos de Barcelona eran el Puerto, el Aeropuerto, la Zona Franca y la Feria. Sin duda, lo son y lo seguirán siendo. Pero hoy a estos se suma un nuevo motor esencial de progreso: el conocimiento.
Hoy son también motores principales del progreso la ciencia, la innovación y la investigación, y la tecnología más avanzada: el Barcelona Supercomputing Center, BSC, el Parque de Investigación Biomédica, el Barcelona Institute of Science and Technology, el Sincrotó Alba o la Ciudadela del Conocimiento, entre muchos otros.
Al mismo tiempo debemos recuperar musculatura en la industria tradicional, con acciones extraordinarias como la nueva planta de Chery en la Zona Franca, y la industria 4.0. Y dimensionar el turismo a las capacidades de la ciudad.
En definitiva, debemos garantizar que todos los sectores convivan y se refuercen siempre teniendo como objetivo mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Barcelona, de sus sueldos, derechos sociales y laborales, y el bienestar de todos.
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