LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO ES EL FUTURO, ES UNA REALIDAD, UNA TECNOLOGÍA TRANSFORMADORA DE LAS CIUDADES

Josep Grau argumenta que una metrópoli que usa inteligencia artificial está más preparada para mejorar en muchos ámbitos como la eficiencia y la movilidad

Por Josep Grau, consultor de estrategia y tecnología

En anteriores artículos de Rethink Barcelona ya hemos tratado del valor estratégico de las infraestructuras tecnológicas para la Metrópoli. En éste revisaremos las aportaciones de la inteligencia artificial en la gestión de las ciudades.
La aplicación de la inteligencia artificial (IA) está a debate. Mensajes catastrofistas afirman que nos llevará a la extinción humana, más desinformación y falta de autonomía, que afectará nuestra privacidad, los derechos y la propiedad intelectual.
La IA es una forma artificial, aumentada de la inteligencia, no es una alternativa al ser humano.
La inteligencia artificial es una tecnología que puede revolucionar la sociedad, como ha pasado con otros cambios, como Internet, los móviles inteligentes o la robótica. Cualquier revolución tecnológica nos ha traído una transformación de los sistemas; la cuestión es determinar hasta qué punto se debe controlar. Las grandes tecnológicas crean y desarrollan la IA, pero son los reguladores los que deben velar por defender y fomentar la competencia en beneficio de la sociedad.

Pero, ¿qué es inteligencia artificial exactamente? La IA es la habilidad que permite que una máquina tenga las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la adaptación del comportamiento. Se consigue mediante la analítica de datos, revisando los efectos y lo hace de manera autónoma.
La inteligencia artificial ha llegado para transformar las Metrópolis. El análisis de los datos permite crear espacios eficientes y seguros en materias como el entorno urbano, la movilidad, la energía, la seguridad, la gestión de residuos y los efectos en el medio ambiente, ámbito donde el uso de la IA puede hacerlo posible.
Las Ciudades inteligentes ya son una realidad en muchos países, fruto de una clara necesidad de orientar las actividades de las grandes metrópolis para hacerlas más sostenibles, mejorar la calidad de vida de sus habitantes, haciendo un uso racional y sostenible de la tecnología.

”Utilizando la tecnología IA y su aprendizaje podremos analizar los contaminantes y predecir sus niveles, así como avanzar en las decisiones para reducir su impacto”

¿En qué ámbitos y cómo podemos aplicar la IA a la Metrópolis?

Actualmente, todas las características de las ciudades inteligentes se piensan en torno a la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, de cómo reducir su contaminación y preservar la naturaleza.
Utilizando la tecnología IA y su aprendizaje podremos analizar los contaminantes y predecir sus niveles, así como avanzar en las decisiones para reducir su impacto. Hacemos énfasis del uso de la energía limpia en la edificación, con elementos que promueven el consumo eficiente, convirtiendo los edificios en centros autosostenibles y creando tendencias en cuanto al funcionamiento sostenible, inteligente y seguro. Usar la IA para analizar el uso de energía nos permite decidir dónde aplicar las fuentes de energía renovables.
La movilidad es uno de los mayores retos de una metrópoli como la Gran Barcelona, hay que aprovechar las tecnologías y los elementos urbanos para desarrollar sistemas nuevos y eficientes.

La tecnología de inteligencia artificial se está implementando actualmente en el transporte, en vistas a reducir el tráfico y accidentes. Una tecnología que es capaz de pronosticar el tráfico, empleando algoritmos de aprendizaje en los sistemas de cámaras urbanas, para detectar infracciones y delitos en tiempo real, haciéndolos más eficientes de gestionar.
Esta tecnología nos permite que los usos del transporte público reciban y accedan a datos en directo, lo que mejora el tiempo y la satisfacción del ciudadano, mejorando las rutas y aumentando la frecuencia.
Una metrópoli que usa inteligencia artificial está más preparada para mejorar la movilidad.
Ciudades como Nueva York restringen el tráfico en determinadas zonas y dan prioridad al peatón, por ejemplo, con semáforos inteligentes capaces de leer las condiciones de tráfico para mejorar el servicio.
Para que el sistema de movilidad sea sostenible, la seguridad de las infraestructuras es una prioridad; pero para que la gestión inteligente del tráfico sea una realidad, es necesario contar con soluciones que ofrezcan datos geográficos en tiempo real de recorridos, velocidades medias y tiempos, matrices de origen y destino de las zonas donde hay más actividad o datos poblacionales por barrios. Especialmente, cuando se trata de garantizar la adaptación a la circulación segura de peatones o bicicletas, delimitando los carriles bici y pasos de peatones de forma efectiva, con un menor riesgo para las personas.

Otro punto a considerar, el sistema de recogida de basuras, es uno de los que más dinero dedican de los presupuestos municipales. Utilizar inteligencia artificial para la gestión de residuos, permite a las ciudades hacer un seguimiento del reciclaje e identificar lo que se puede reciclar en la zona.
Otras ciudades como Sydney, por ejemplo, usan robots con IA para seleccionar la basura. El análisis de la cantidad de desechos que se generan en los barrios, contenedores que informan en tiempo real sobre la capacidad disponible, todo de datos que permiten optimizar sustancialmente la logística de la recogida.
En el aparcamiento también. Los sistemas de inteligencia artificial se integran en las zonas de aparcamiento, pueden informar en tiempo real al ciudadano de la disponibilidad de plazas, algunas tecnologías más avanzadas tienen la capacidad de recomendar espacios. Gracias a la tecnología de reconocimiento de matrículas, los aparcamientos pueden detectar los vehículos que han superado las horas en los aparcamientos de superficie (zonas azules y verdes).
Un punto importante es la seguridad de las ciudades. Con inteligencia artificial las cámaras son capaces de analizar imágenes en tiempo real y detectar comportamientos que luego se pueden informar y tratar instantáneamente. Permiten detectar acciones y encontrar sospechosos más rápido. Contar con sistemas inteligentes de pánico, biometría e identificación facial para mantener el control sobre las situaciones y prevenir delitos.

En el planeamiento urbanístico de las ciudades, en relación con el progreso y la evolución urbana. Las tecnologías IA nos permiten predecir y ayudar a planificar el desarrollo de la Metrópoli. Nueva York es un referente en la inclusión de la edificación inteligente, que permite hacer una arquitectura optimizada y autosuficiente. Este sistema permite procesar la información del uso y el gasto de servicios como el agua y energía con vistas a mejorar su eficiencia, así como emplear métodos efectivos para eliminar los residuos y reutilizarlos.

El 60% de los ciudadanos europeos están a favor del uso de la inteligencia artificial, pero el 88% cree que hay que hacer una regulación de su uso.
Los reguladores y las empresas tecnológicas han manifestado claramente la necesidad de controlar la adopción de la inteligencia artificial.
Europa es la primera en regular la aplicación y riesgos de la inteligencia artificial. La Comisión Europea quiere que los modelos generativos estén obligados a cumplir medidas de transparencia, y exigirá que se especifique qué contenidos están creados por la IA; así se prohibirán los usos intrusivos y discriminatorios, especialmente con los sistemas biométricos en espacios públicos, excepto situaciones concretas por motivos de seguridad, se trata de crear categorías sometidas a controles rigurosos para que no afecten a las libertades y los derechos de los ciudadanos.
Los investigadores del Centro para la Seguridad de la IA han manifestado que es necesario abordar los efectos negativos de la inteligencia artificial. «Mientras nos enfrentamos a los riesgos inmediatos de la IA, los Estados y las tecnológicas deben abordar seriamente el riesgo de que la IA generativa suponga una amenaza para la existencia humana.»

Por Josep Grau, consultor de estrategia y tecnología

En anteriores artículos de Rethink Barcelona ya hemos tratado del valor estratégico de las infraestructuras tecnológicas para la Metrópoli. En éste revisaremos las aportaciones de la inteligencia artificial en la gestión de las ciudades.
La aplicación de la inteligencia artificial (IA) está a debate. Mensajes catastrofistas afirman que nos llevará a la extinción humana, más desinformación y falta de autonomía, que afectará nuestra privacidad, los derechos y la propiedad intelectual.
La IA es una forma artificial, aumentada de la inteligencia, no es una alternativa al ser humano.
La inteligencia artificial es una tecnología que puede revolucionar la sociedad, como ha pasado con otros cambios, como Internet, los móviles inteligentes o la robótica. Cualquier revolución tecnológica nos ha traído una transformación de los sistemas; la cuestión es determinar hasta qué punto se debe controlar. Las grandes tecnológicas crean y desarrollan la IA, pero son los reguladores los que deben velar por defender y fomentar la competencia en beneficio de la sociedad.

Pero, ¿qué es inteligencia artificial exactamente? La IA es la habilidad que permite que una máquina tenga las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la adaptación del comportamiento. Se consigue mediante la analítica de datos, revisando los efectos y lo hace de manera autónoma.
La inteligencia artificial ha llegado para transformar las Metrópolis. El análisis de los datos permite crear espacios eficientes y seguros en materias como el entorno urbano, la movilidad, la energía, la seguridad, la gestión de residuos y los efectos en el medio ambiente, ámbito donde el uso de la IA puede hacerlo posible.
Las Ciudades inteligentes ya son una realidad en muchos países, fruto de una clara necesidad de orientar las actividades de las grandes metrópolis para hacerlas más sostenibles, mejorar la calidad de vida de sus habitantes, haciendo un uso racional y sostenible de la tecnología.

”Utilizando la tecnología IA y su aprendizaje podremos analizar los contaminantes y predecir sus niveles, así como avanzar en las decisiones para reducir su impacto”

 

 

 

¿En qué ámbitos y cómo podemos aplicar la IA a la Metrópolis?

Actualmente, todas las características de las ciudades inteligentes se piensan en torno a la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, de cómo reducir su contaminación y preservar la naturaleza.
Utilizando la tecnología IA y su aprendizaje podremos analizar los contaminantes y predecir sus niveles, así como avanzar en las decisiones para reducir su impacto. Hacemos énfasis del uso de la energía limpia en la edificación, con elementos que promueven el consumo eficiente, convirtiendo los edificios en centros autosostenibles y creando tendencias en cuanto al funcionamiento sostenible, inteligente y seguro. Usar la IA para analizar el uso de energía nos permite decidir dónde aplicar las fuentes de energía renovables.
La movilidad es uno de los mayores retos de una metrópoli como la Gran Barcelona, hay que aprovechar las tecnologías y los elementos urbanos para desarrollar sistemas nuevos y eficientes.
La tecnología de inteligencia artificial se está implementando actualmente en el transporte, en vistas a reducir el tráfico y accidentes. Una tecnología que es capaz de pronosticar el tráfico, empleando algoritmos de aprendizaje en los sistemas de cámaras urbanas, para detectar infracciones y delitos en tiempo real, haciéndolos más eficientes de gestionar.
Esta tecnología nos permite que los usos del transporte público reciban y accedan a datos en directo, lo que mejora el tiempo y la satisfacción del ciudadano, mejorando las rutas y aumentando la frecuencia.

Una metrópoli que usa inteligencia artificial está más preparada para mejorar la movilidad.
Ciudades como Nueva York restringen el tráfico en determinadas zonas y dan prioridad al peatón, por ejemplo, con semáforos inteligentes capaces de leer las condiciones de tráfico para mejorar el servicio.
Para que el sistema de movilidad sea sostenible, la seguridad de las infraestructuras es una prioridad; pero para que la gestión inteligente del tráfico sea una realidad, es necesario contar con soluciones que ofrezcan datos geográficos en tiempo real de recorridos, velocidades medias y tiempos, matrices de origen y destino de las zonas donde hay más actividad o datos poblacionales por barrios. Especialmente, cuando se trata de garantizar la adaptación a la circulación segura de peatones o bicicletas, delimitando los carriles bici y pasos de peatones de forma efectiva, con un menor riesgo para las personas.

Otro punto a considerar, el sistema de recogida de basuras, es uno de los que más dinero dedican de los presupuestos municipales. Utilizar inteligencia artificial para la gestión de residuos, permite a las ciudades hacer un seguimiento del reciclaje e identificar lo que se puede reciclar en la zona.
Otras ciudades como Sydney, por ejemplo, usan robots con IA para seleccionar la basura. El análisis de la cantidad de desechos que se generan en los barrios, contenedores que informan en tiempo real sobre la capacidad disponible, todo de datos que permiten optimizar sustancialmente la logística de la recogida.
En el aparcamiento también. Los sistemas de inteligencia artificial se integran en las zonas de aparcamiento, pueden informar en tiempo real al ciudadano de la disponibilidad de plazas, algunas tecnologías más avanzadas tienen la capacidad de recomendar espacios. Gracias a la tecnología de reconocimiento de matrículas, los aparcamientos pueden detectar los vehículos que han superado las horas en los aparcamientos de superficie (zonas azules y verdes).
Un punto importante es la seguridad de las ciudades. Con inteligencia artificial las cámaras son capaces de analizar imágenes en tiempo real y detectar comportamientos que luego se pueden informar y tratar instantáneamente. Permiten detectar acciones y encontrar sospechosos más rápido. Contar con sistemas inteligentes de pánico, biometría e identificación facial para mantener el control sobre las situaciones y prevenir delitos.

En el planeamiento urbanístico de las ciudades, en relación con el progreso y la evolución urbana. Las tecnologías IA nos permiten predecir y ayudar a planificar el desarrollo de la Metrópoli. Nueva York es un referente en la inclusión de la edificación inteligente, que permite hacer una arquitectura optimizada y autosuficiente. Este sistema permite procesar la información del uso y el gasto de servicios como el agua y energía con vistas a mejorar su eficiencia, así como emplear métodos efectivos para eliminar los residuos y reutilizarlos.

El 60% de los ciudadanos europeos están a favor del uso de la inteligencia artificial, pero el 88% cree que hay que hacer una regulación de su uso.
Los reguladores y las empresas tecnológicas han manifestado claramente la necesidad de controlar la adopción de la inteligencia artificial.
Europa es la primera en regular la aplicación y riesgos de la inteligencia artificial. La Comisión Europea quiere que los modelos generativos estén obligados a cumplir medidas de transparencia, y exigirá que se especifique qué contenidos están creados por la IA; así se prohibirán los usos intrusivos y discriminatorios, especialmente con los sistemas biométricos en espacios públicos, excepto situaciones concretas por motivos de seguridad, se trata de crear categorías sometidas a controles rigurosos para que no afecten a las libertades y los derechos de los ciudadanos.
Los investigadores del Centro para la Seguridad de la IA han manifestado que es necesario abordar los efectos negativos de la inteligencia artificial. «Mientras nos enfrentamos a los riesgos inmediatos de la IA, los Estados y las tecnológicas deben abordar seriamente el riesgo de que la IA generativa suponga una amenaza para la existencia humana.»

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