EL PROYECTO METROPOLITANO. UNA REFLEXIÓN
Por Ramon García-Bragado Acín, abogado y urbanista
Cuestiones previas
Todos estamos de acuerdo que buena parte de los problemas que es necesario abordar en nuestra ciudad solo tienen solución en un entorno metropolitano, entendiendo por metropolitano el ámbito actual del AMB (36 municipios). Hace falta también una reflexión sobre el ámbito regional para la orientación de las perspectivas y estrategias a construir en diálogo con el territorio más próximo.
El mercado laboral, pero también el de la vivienda, el comercio, el ocio, la sanidad, la cultura, etc., tienen como referente más “la ciudad del metro” que el de pertenecer a uno u otro municipio. Estos sectores ya trabajan sobre una realidad de 3,2 millones de personas con independencia del municipio en el que se encuentran.
Aun así, hay que reconocer que esta “urgencia metropolitana” no es en absoluto percibida como tal por el conjunto de la ciudadanía, ni de la de Barcelona, ni la del resto de los municipios. Esta carencia de “tensión metropolitana” dificulta las relaciones, solidaridad y responsabilidad metropolitana. En definitiva, aunque no sea visto por la ciudadanía como una prioridad, hace falta lograr una mayor “integración” metropolitana.
Entiendo que esta “integración” se debería producir sin sacrificar la propia existencia y reconocimiento de los municipios que forman parte y fundamentarse en pactos y compromisos por los cuales el ejercicio de las competencias propias de cada ayuntamiento se ejerzan de una manera determinada y en un sentido “metropolitano”.
Políticas metropolitanas
Es difícil considerar como “políticas metropolitanas” ninguna otra cosa que no sea el tratamiento de los residuos y algunos aspectos del ciclo del agua, únicos ámbitos en los que se han ejercido algunas competencias. La supresión de la CMB en aquel lejano 1.987 hizo mella y reforzó de manera clara las actitudes “individualistas” por parte del conjunto de los municipios. Actitudes que han llegado incólumes y reforzadas a la actualidad.
Un efecto perverso de esta actitud “individualista” es la consolidación de las desigualdades económicas entre los diferentes municipios que se concretan en las inversiones por habitante, la presión fiscal, las diferencias incomprensibles en algunos impuestos básicos como por ejemplo el IBI, el gasto en servicios por habitante, los diferentes niveles de servicios ofrecidos y prestados, etc.
Creo que la lucha contra las desigualdades en el seno del AMB es la política metropolitana por antonomasia y el que da sentido al concepto de integración metropolitana.
«Creo que la lucha contra las desigualdades en el seno de la AMB es la política metropolitana por antonomasia y el que da sentido al concepto de integración metropolitana» |
El AMB más que una suma de municipios
Las Instituciones son evaluadas regularmente desde un punto de vista económico para determinar su capacidad real y su solvencia para mantener un determinado nivel de gasto asociado a unas políticas determinadas. El resultado de estas evaluaciones son clave para establecer las posibilidades de endeudamiento. En el caso de Barcelona, la situación económica del Ayuntamiento era un reflejo de la situación económica de la ciudad y determinaba su independencia política.
En estos momentos es imposible hacer una evaluación de estas características del AMB como organismo aglutinador de la actividad de 36 municipios, 3,2 millones de habitantes, donde se produce el 52% del PIB de Cataluña. Estas evaluaciones requieren un nivel de consolidación y de agregación de los datos económicos del conjunto de municipios imposible de lograr con la dispersión actual. No se trata únicamente de conocer los datos de cada municipio y ponerlas en una hoja de Excel, sino de valorar el recorrido que pueden tener los ingresos fiscales, el gasto corriente, los ingresos patrimoniales, la deuda, etc. En otras palabras, sin un grado de integración económica entre el conjunto de municipios, será imposible considerar el AMB como un actor relevante en el devenir de nuestro territorio.
Integración metropolitana: armonización de las políticas económicas municipales
La armonización que proponemos conlleva el acuerdo para la creación de un Fondo de Desarrollo Metropolitano, nutrido con aportaciones del Estado y la Generalitat, así como del rendimiento de determinados impuestos municipales (IAE) y de una fracción de la participación en los ingresos del estado.
Los acuerdos municipales que pensamos que podrían dar acceso al Fondo de Desarrollo Metropolitano se tendrían que referir a los siguientes aspectos:
– Implantar una única ponencia de valoraciones catastrales, de tal manera que la convergencia en la determinación de las bases fiscales permita una convergencia gradual de los tipos del IBI.
– Unificar gradualmente los criterios de aplicación de los principales impuestos locales (ICIO, IMIVTU, circulación, etc.)
– Inversión pública por habitante
– Gasto corriente por habitante
– Esfuerzo fiscal
Integración y governanza
Una parte del debate metropolitano y su futuro se ha enfocado exclusivamente hacia su gobernanza, y más concretamente en determinar la relación que debería existir entre la Presidencia del AMB y la Alcaldía de Barcelona, lo cual ha bloqueado en buena medida cualquier adelanto efectivo.
Una propuesta como la de avanzar en la integración económica del conjunto de los municipios tiene la ventaja que no requiere cambios radicales ni trascendentales en la actual estructura política del AMB. Solo hace falta voluntad política.
Por Ramon García-Bragado Acín, abogado y urbanista
Cuestiones previas
Todos estamos de acuerdo que buena parte de los problemas que es necesario abordar en nuestra ciudad solo tienen solución en un entorno metropolitano, entendiendo por metropolitano el ámbito actual del AMB (36 municipios). Hace falta también una reflexión sobre el ámbito regional para la orientación de las perspectivas y estrategias a construir en diálogo con el territorio más próximo.
El mercado laboral, pero también el de la vivienda, el comercio, el ocio, la sanidad, la cultura, etc., tienen como referente más “la ciudad del metro” que el de pertenecer a uno u otro municipio. Estos sectores ya trabajan sobre una realidad de 3,2 millones de personas con independencia del municipio en el que se encuentran.
Aun así, hay que reconocer que esta “urgencia metropolitana” no es en absoluto percibida como tal por el conjunto de la ciudadanía, ni de la de Barcelona, ni la del resto de los municipios. Esta carencia de “tensión metropolitana” dificulta las relaciones, solidaridad y responsabilidad metropolitana. En definitiva, aunque no sea visto por la ciudadanía como una prioridad, hace falta lograr una mayor “integración” metropolitana.
Entiendo que esta “integración” se debería producir sin sacrificar la propia existencia y reconocimiento de los municipios que forman parte y fundamentarse en pactos y compromisos por los cuales el ejercicio de las competencias propias de cada ayuntamiento se ejerzan de una manera determinada y en un sentido “metropolitano”.
Políticas metropolitanas
Es difícil considerar como “políticas metropolitanas” ninguna otra cosa que no sea el tratamiento de los residuos y algunos aspectos del ciclo del agua, únicos ámbitos en los que se han ejercido algunas competencias. La supresión de la CMB en aquel lejano 1.987 hizo mella y reforzó de manera clara las actitudes “individualistas” por parte del conjunto de los municipios. Actitudes que han llegado incólumes y reforzadas a la actualidad.
Un efecto perverso de esta actitud “individualista” es la consolidación de las desigualdades económicas entre los diferentes municipios que se concretan en las inversiones por habitante, la presión fiscal, las diferencias incomprensibles en algunos impuestos básicos como por ejemplo el IBI, el gasto en servicios por habitante, los diferentes niveles de servicios ofrecidos y prestados, etc.
Creo que la lucha contra las desigualdades en el seno del AMB es la política metropolitana por antonomasia y el que da sentido al concepto de integración metropolitana.
«Creo que la lucha contra las desigualdades en el seno de la AMB es la política metropolitana por antonomasia y el que da sentido al concepto de integración metropolitana» |
El AMB más que una suma de municipios
Las Instituciones son evaluadas regularmente desde un punto de vista económico para determinar su capacidad real y su solvencia para mantener un determinado nivel de gasto asociado a unas políticas determinadas. El resultado de estas evaluaciones son clave para establecer las posibilidades de endeudamiento. En el caso de Barcelona, la situación económica del Ayuntamiento era un reflejo de la situación económica de la ciudad y determinaba su independencia política.
En estos momentos es imposible hacer una evaluación de estas características del AMB como organismo aglutinador de la actividad de 36 municipios, 3,2 millones de habitantes, donde se produce el 52% del PIB de Cataluña. Estas evaluaciones requieren un nivel de consolidación y de agregación de los datos económicos del conjunto de municipios imposible de lograr con la dispersión actual. No se trata únicamente de conocer los datos de cada municipio y ponerlas en una hoja de Excel, sino de valorar el recorrido que pueden tener los ingresos fiscales, el gasto corriente, los ingresos patrimoniales, la deuda, etc. En otras palabras, sin un grado de integración económica entre el conjunto de municipios, será imposible considerar el AMB como un actor relevante en el devenir de nuestro territorio.
Integración metropolitana: armonización de las políticas económicas municipales
La armonización que proponemos conlleva el acuerdo para la creación de un Fondo de Desarrollo Metropolitano, nutrido con aportaciones del Estado y la Generalitat, así como del rendimiento de determinados impuestos municipales (IAE) y de una fracción de la participación en los ingresos del estado.
Los acuerdos municipales que pensamos que podrían dar acceso al Fondo de Desarrollo Metropolitano se tendrían que referir a los siguientes aspectos:
– Implantar una única ponencia de valoraciones catastrales, de tal manera que la convergencia en la determinación de las bases fiscales permita una convergencia gradual de los tipos del IBI.
– Unificar gradualmente los criterios de aplicación de los principales impuestos locales (ICIO, IMIVTU, circulación, etc.)
– Inversión pública por habitante
– Gasto corriente por habitante
– Esfuerzo fiscal
Integración y governanza
Una parte del debate metropolitano y su futuro se ha enfocado exclusivamente hacia su gobernanza, y más concretamente en determinar la relación que debería existir entre la Presidencia del AMB y la Alcaldía de Barcelona, lo cual ha bloqueado en buena medida cualquier adelanto efectivo.
Una propuesta como la de avanzar en la integración económica del conjunto de los municipios tiene la ventaja que no requiere cambios radicales ni trascendentales en la actual estructura política del AMB. Solo hace falta voluntad política.
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