COM VEU VOSTÈ EL FUTUR DE L’ÀMBIT METROPOLITÀ (ÀREA I REGIÓ) DE BARCELONA?

El concejal del Ayuntamiento de Barcelona Miquel Puig, la profesora de Economía de la UB Judit Vall y el exconsejero de Gobernación Joan Puigcercós responden a la pregunta sobre el futuro de la metrópolis en la encuesta del ciclo BCN Diálogos.

Por Pep Martí

Miquel Puig: «La extensión irá incorporando poblaciones, lo que significa que el peso de la Región aumentará dentro del total catalán»
Economista y concejal del Ayuntamiento de Barcelona

Entiendo la Región Metropolitana como la ciudad funcional, que significa, fundamentalmente, el espacio donde los ciudadanos viven y trabajan. En la práctica se identifica con la red de ferrocarril metropolitano. Veo esta Región como un espacio en el que el ferrocarril se intensificará y se extenderá. La intensificación hará más eficiente la conectividad y permitirá reducir progresivamente el espacio ocupado por el vehículo privado, que se recuperará como espacio público, y reducir la contaminación química y acústica. La extensión irá incorporando poblaciones, lo que significa que el peso de la Región aumentará dentro del total catalán. En un horizonte de unas pocas décadas, Vilanova, Vilafranca, Manresa y Vic, entre otras, estarán incorporadas a la ciudad funcional.

¿De qué vivirá esta metrópoli? El turismo seguirá siendo importante en el centro de Barcelona y en el litoral, pero si hacemos las cosas bien la economía de la metrópoli se basará en la innovación. Una innovación fundamentalmente -pero no solo- tecnológica, y dirigida al mundo.

Judit Vall: «Empezamos con las buenas noticias: el número de trabajadores dados de alta en la seguridad social dentro del AMB ha ido aumentando progresivamente a partir del año 2013«
Profesora en la Facultad de Economía de la UB e investigadora en @FundacioIEB & CRES-UPF

Enfocaré la mirada sobre el hecho metropolitano desde una de las realidades que mejor conozco, como es el de sus implicaciones en el mundo laboral. Si ponemos la mirada en la evolución del mercado laboral en el área metropolitana de Barcelona, vemos «luces y sombras», ya que algunos indicadores se mueven claramente en la buena dirección, mientras que otros se han quedado estancados en valores claramente malos. En este último caso, el problema no es tanto la cifra en cuestión sino el poco progreso de la misma durante los últimos 10 años, lo que hace pensar que, sin un giro en ciertas políticas públicas, el progreso seguirá siendo nulo en los próximos años, con claras consecuencias negativas para algunos subgrupos de la población.

Empezamos con las buenas noticias: el número  de trabajadores dados de alta en la seguridad social dentro del AMB ha ido aumentando progresivamente a partir del año 2013, una vez superada la peor parte de la crisis de 2008. Pero si nos fijamos un poco más en detalle en cuáles son los sectores en esta región que generan más empleo durante los últimos años, veremos que los principales impulsores en la creación de puestos de trabajo son actividades sanitarias, la administración pública, algunos servicios y el comercio. Aun así, la actividad económica que generaba más empleo de todas (hasta 2020) eran los servicios de tecnologías de la información que, junto con otras actividades con un alto valor añadido como los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería o las consultorías empresariales, nos indican que el rumbo que está cogiendo el mercado laboral del área metropolitana iría en la dirección de la creación de empleo, un empleo de calidad y en sectores con un alto valor añadido y con una amplia capacidad de generar externalidades positivas en la economía.

Ahora nos centramos brevemente en destacar algunos elementos del mercado de trabajo del área metropolitana donde el progreso ha sido muy limitado o incluso inexistente. Uno de ellos es la brecha salarial, es decir, la diferencia entre los salarios medios anuales de los hombres y de las mujeres expresado en % de los salarios medios de los hombres. Esta sigue siendo muy alta: del 11.5% para los menores de 34 años, del 20% por edades entre 35 y 54 años y del 29% para personas de 55 años y más. El más grave, sin embargo, es el prácticamente nulo progreso en este indicador de desigualdad salarial de género en los últimos 12 años. Por lo tanto, lo que se ha estado haciendo hasta ahora, no ha tenido un impacto suficiente que fomente la equiparación real de la remuneración entre hombres y mujeres.

El segundo elemento a destacar es la alta tasa de temporalidad en la contratación: en 2019 más del 85% de los nuevos contratos firmados en el área metropolitana de Barcelona fueron temporales. Y esta cifra se ha mantenido prácticamente constante en los últimos años (en 2015 el porcentaje era del 86%). Por lo tanto, de nuevo, progreso nulo. La alta temporalidad tiene efectos negativos en muchos aspectos de la vida laboral futura del trabajador, tanto en términos de una menor progresión salarial como en reducciones importantes en el acceso a posiciones de promoción interna en las empresas. Claramente, todos estos factores también inciden en aspectos de la vida personal, como la probabilidad de independizarse y dejar el hogar familiar o las posibilidades de obtener una hipoteca.

Entiendo el Área Metropolitana como la institución que agrupa a 37 municipios. Es más pequeña que la ciudad funcional y podría ser que a la larga fuera absorbiendo más y más municipios para acercarse a ella. No veo, en cambio, que pueda ganar protagonismo ni a la hora de planificar el territorio ni de representar los intereses políticos de la metrópoli, que quedarán en manos del equilibrio entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

Joan Puigcercós: «La región metropolitana debería hacer también una apuesta por el eje de la salud y la calidad de vida»
Exconsejero de Gobernación. Director de Estrategia y operaciones de ADELFI. Director Ejecutivo de ENTI-UB

Desconcentrar y coordinar

Todas las políticas públicas y las acciones dentro del espacio de la colaboración pública-privada que afecten a la ciudad de Barcelona serán poco efectivas si no se asume que la Barcelona real son los 36 municipios que conforman el área metropolitana. Desconcentrar una parte importante de la actividad económica y cultural que hoy se realiza en la ciudad de Barcelona es fundamental para garantizar el éxito y la sostenibilidad de algunas iniciativas.

El caso del Turismo es paradigmático, allí donde llegue el transporte público de forma eficiente hay residencias turísticas. Hasta hace poco parecía que los hoteles y el parque de apartamentos turísticos tenían que estar necesariamente concentrados en algunos distritos de la capital.

También ocurre en el ámbito tecnológico. Barcelona hoy está captando y reteniendo talento en muchas de las industrias digitales y necesita una redistribución para el ámbito metropolitano, ya que el exceso de concentración provoca una cierta inflación de sueldos, afectando así a la competencia entre ellas y la pérdida de atractivo de la propia marca Barcelona.

La región metropolitana debería hacer también una apuesta por el eje de la salud y la calidad de vida, conjugando puntos fuertes como el sector alimentario, y aquí habría que hablar del Parc Agrari del Baix Llobregat, cada vez más asediado por la especulación y la falta de liderazgo; el sector salud público y privado, que debe ser un motor para nuestra economía, y el turismo de calidad.

Todo esto ocurre en la región metropolitana y hay que saber aprovechar las interacciones que se generan. Hay, sin embargo, dos problemas urgentes en los que hay que encontrar solución porque, aparte de ser un factor clave de desigualdad, también graban la competitividad: la falta de vivienda social y el transporte público, especialmente la falta de inversión en cercanía.

Las soluciones deben ser pensadas y coordinadas desde el ámbito metropolitano. La conclusión de todo ello es que es necesario un agente único de promoción del área, y especialmente en la captación de empresas y talento, que trabaje sobre los 36 municipios. Es decir, coordinación. Incluso ha habido buenas intenciones, pero cada municipio y especialmente la capital ha hecho la guerra por su cuenta. Barcelona debe comprender que la inversión en Cornellà, El Papiol o Sant Adrià del Besòs, por poner tres ejemplos, tiene un efecto multiplicador que la acaba beneficiando siempre.

Por Pep Martí

Miquel Puig: «La extensión irá incorporando poblaciones, lo que significa que el peso de la Región aumentará dentro del total catalán»
Economista y concejal del Ayuntamiento de Barcelona

Entiendo la Región Metropolitana como la ciudad funcional, que significa, fundamentalmente, el espacio donde los ciudadanos viven y trabajan. En la práctica se identifica con la red de ferrocarril metropolitano. Veo esta Región como un espacio en el que el ferrocarril se intensificará y se extenderá. La intensificación hará más eficiente la conectividad y permitirá reducir progresivamente el espacio ocupado por el vehículo privado, que se recuperará como espacio público, y reducir la contaminación química y acústica. La extensión irá incorporando poblaciones, lo que significa que el peso de la Región aumentará dentro del total catalán. En un horizonte de unas pocas décadas, Vilanova, Vilafranca, Manresa y Vic, entre otras, estarán incorporadas a la ciudad funcional.

¿De qué vivirá esta metrópoli? El turismo seguirá siendo importante en el centro de Barcelona y en el litoral, pero si hacemos las cosas bien la economía de la metrópoli se basará en la innovación. Una innovación fundamentalmente -pero no solo- tecnológica, y dirigida al mundo.

Judit Vall: «Empezamos con las buenas noticias: el número de trabajadores dados de alta en la seguridad social dentro del AMB ha ido aumentando progresivamente a partir del año 2013«
Profesora en la Facultad de Economía de la UB e investigadora en @FundacioIEB & CRES-UPF

Enfocaré la mirada sobre el hecho metropolitano desde una de las realidades que mejor conozco, como es el de sus implicaciones en el mundo laboral. Si ponemos la mirada en la evolución del mercado laboral en el área metropolitana de Barcelona, vemos «luces y sombras», ya que algunos indicadores se mueven claramente en la buena dirección, mientras que otros se han quedado estancados en valores claramente malos. En este último caso, el problema no es tanto la cifra en cuestión sino el poco progreso de la misma durante los últimos 10 años, lo que hace pensar que, sin un giro en ciertas políticas públicas, el progreso seguirá siendo nulo en los próximos años, con claras consecuencias negativas para algunos subgrupos de la población.

Empezamos con las buenas noticias: el número  de trabajadores dados de alta en la seguridad social dentro del AMB ha ido aumentando progresivamente a partir del año 2013, una vez superada la peor parte de la crisis de 2008. Pero si nos fijamos un poco más en detalle en cuáles son los sectores en esta región que generan más empleo durante los últimos años, veremos que los principales impulsores en la creación de puestos de trabajo son actividades sanitarias, la administración pública, algunos servicios y el comercio. Aun así, la actividad económica que generaba más empleo de todas (hasta 2020) eran los servicios de tecnologías de la información que, junto con otras actividades con un alto valor añadido como los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería o las consultorías empresariales, nos indican que el rumbo que está cogiendo el mercado laboral del área metropolitana iría en la dirección de la creación de empleo, un empleo de calidad y en sectores con un alto valor añadido y con una amplia capacidad de generar externalidades positivas en la economía.

Ahora nos centramos brevemente en destacar algunos elementos del mercado de trabajo del área metropolitana donde el progreso ha sido muy limitado o incluso inexistente. Uno de ellos es la brecha salarial, es decir, la diferencia entre los salarios medios anuales de los hombres y de las mujeres expresado en % de los salarios medios de los hombres. Esta sigue siendo muy alta: del 11.5% para los menores de 34 años, del 20% por edades entre 35 y 54 años y del 29% para personas de 55 años y más. El más grave, sin embargo, es el prácticamente nulo progreso en este indicador de desigualdad salarial de género en los últimos 12 años. Por lo tanto, lo que se ha estado haciendo hasta ahora, no ha tenido un impacto suficiente que fomente la equiparación real de la remuneración entre hombres y mujeres.

El segundo elemento a destacar es la alta tasa de temporalidad en la contratación: en 2019 más del 85% de los nuevos contratos firmados en el área metropolitana de Barcelona fueron temporales. Y esta cifra se ha mantenido prácticamente constante en los últimos años (en 2015 el porcentaje era del 86%). Por lo tanto, de nuevo, progreso nulo. La alta temporalidad tiene efectos negativos en muchos aspectos de la vida laboral futura del trabajador, tanto en términos de una menor progresión salarial como en reducciones importantes en el acceso a posiciones de promoción interna en las empresas. Claramente, todos estos factores también inciden en aspectos de la vida personal, como la probabilidad de independizarse y dejar el hogar familiar o las posibilidades de obtener una hipoteca.

Entiendo el Área Metropolitana como la institución que agrupa a 37 municipios. Es más pequeña que la ciudad funcional y podría ser que a la larga fuera absorbiendo más y más municipios para acercarse a ella. No veo, en cambio, que pueda ganar protagonismo ni a la hora de planificar el territorio ni de representar los intereses políticos de la metrópoli, que quedarán en manos del equilibrio entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

Joan Puigcercós: «La región metropolitana debería hacer también una apuesta por el eje de la salud y la calidad de vida»
Exconsejero de Gobernación. Director de Estrategia y operaciones de ADELFI. Director Ejecutivo de ENTI-UB

Desconcentrar y coordinar

Todas las políticas públicas y las acciones dentro del espacio de la colaboración pública-privada que afecten a la ciudad de Barcelona serán poco efectivas si no se asume que la Barcelona real son los 36 municipios que conforman el área metropolitana. Desconcentrar una parte importante de la actividad económica y cultural que hoy se realiza en la ciudad de Barcelona es fundamental para garantizar el éxito y la sostenibilidad de algunas iniciativas.

El caso del Turismo es paradigmático, allí donde llegue el transporte público de forma eficiente hay residencias turísticas. Hasta hace poco parecía que los hoteles y el parque de apartamentos turísticos tenían que estar necesariamente concentrados en algunos distritos de la capital.

También ocurre en el ámbito tecnológico. Barcelona hoy está captando y reteniendo talento en muchas de las industrias digitales y necesita una redistribución para el ámbito metropolitano, ya que el exceso de concentración provoca una cierta inflación de sueldos, afectando así a la competencia entre ellas y la pérdida de atractivo de la propia marca Barcelona.

La región metropolitana debería hacer también una apuesta por el eje de la salud y la calidad de vida, conjugando puntos fuertes como el sector alimentario, y aquí habría que hablar del Parc Agrari del Baix Llobregat, cada vez más asediado por la especulación y la falta de liderazgo; el sector salud público y privado, que debe ser un motor para nuestra economía, y el turismo de calidad.

Todo esto ocurre en la región metropolitana y hay que saber aprovechar las interacciones que se generan. Hay, sin embargo, dos problemas urgentes en los que hay que encontrar solución porque, aparte de ser un factor clave de desigualdad, también graban la competitividad: la falta de vivienda social y el transporte público, especialmente la falta de inversión en cercanía.

Las soluciones deben ser pensadas y coordinadas desde el ámbito metropolitano. La conclusión de todo ello es que es necesario un agente único de promoción del área, y especialmente en la captación de empresas y talento, que trabaje sobre los 36 municipios. Es decir, coordinación. Incluso ha habido buenas intenciones, pero cada municipio y especialmente la capital ha hecho la guerra por su cuenta. Barcelona debe comprender que la inversión en Cornellà, El Papiol o Sant Adrià del Besòs, por poner tres ejemplos, tiene un efecto multiplicador que la acaba beneficiando siempre.

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