XAVIER TRIAS: «EL ÁREA METROPOLITANA NO SE HIZO PARA CREAR LA GRAN BARCELONA. SÓLO ES UNA HERRAMIENTA DE  COLABORACIÓN»

El exalcalde de Barcelona reflexiona sobre la creación del Área Metropolitana de Barcelona y el papel de la capital catalana en el ente metropolitano

Per Marta Pascal, CEO de Pascal&Partners y Profesora de Ciencia Política UPF

En su opinión, ¿qué es Barcelona y qué papel tiene para el país? ¿Y qué papel tiene el área metropolitana en toda esta configuración territorial?
Bien, Barcelona es la capital de Cataluña. Es un hecho indiscutible que debe ser la capital de la catalanidad y aquí tenemos una gran responsabilidad a la hora de hacer que esto sea real. Barcelona, cuando hablamos de Barcelona, no hablamos sólo de Barcelona, sino que la capital tiene un peso específico económico, social, las cosas más complicadas pasan en las ciudades y, por lo tanto, pasan a la ciudad de Barcelona. No las fáciles, las más complicadas. Por poner un ejemplo, la pobreza extrema está en la ciudad de Barcelona, y por lo tanto la ciudad de Barcelona debe ser capaz de colaborar con las ciudades de alrededor. Este era un planteamiento muy antiguo, pero no siempre Barcelona ha tenido esta visión de colaboración con los de al lado.

Esta falta de colaboración, ¿puede tener que ver con lo que se llamó «el contrapoder»?
Sí, es verdad, puede ser un contrapoder, pero en el fondo no es verdad. De hecho esto es una gran mentira. Sacar esta idea de la cabeza de la gente de que esto no es un contrapoder, sino que Barcelona tiene esa necesidad de colaborar, ya que cuesta mucho y eso no siempre se ha vivido bien. Este tema se complicó en una época de liderazgos fuertes: Pujol y Maragall. Algunos decían que Maragall quería diluir la Generalitat. Después yo he vivido que, una vez Maragall gana y es presidente de la Generalitat, se encuentra con la realidad, las tornas son diferentes. Por lo tanto, se dan situaciones que crean estas tensiones. de la Generalitat con el Ayuntamiento de Barcelona, mucho más que no pasa con los ayuntamientos de alrededor. Pero cuando se decide crear el Área Metropolitana, en el año 2010, yo tenía una muy buena relación con alcaldes de la zona, y tomaron la decisión de impulsarla y, aunque a mi partido, CiU, no le gustaba nada, yo estuve siempre a favor. De hecho, recuerdo que el día que se celebró la firma pública del Área Metropolitana en el Parlamento de Cataluña, el único representante de Convergència i Unió era yo. Ahora bien, también hubo personas fundamentales, y una de ellas fue Artur Mas.

Fundamental para que el apoyo de CiU a la ley llevara adelante?
Sí, porque el Artur, como que había sido concejal del Ayuntamiento, pues entendía bien esta situación.

 ¿Y cree que hay alguna otra persona que fue clave para la ley?
El alcalde de Cornellà, el Antoni Balmón. Es una persona que supo encontrar una solución y un buen entendimiento. Primero personal, pero también un buen entendimiento político al entender que el Área Metropolitana no podía ser únicamente gobernada por los socialistas, sino que era necesaria una gobernanza en la que colaboraran los partidos, a ser posible todos, en el gobierno metropolitano. En un inicio entró Convergència, los socialistas, Iniciativa, Esquerra y ofrecimos la entrada al PP, pero no quisieron. Colaboramos todos, concentrándonos en temas de gestión y para solucionar los problemas que había.

Así pues, cuando usted entra a la alcaldía en 2011 se encuentra con un instrumento como es el AMB, aprobada por ley, que le da posibilidades en la gestión, oye?
Que te da ciertas posibilidades, sabiendo qué papel tenía que hacer yo, que también es muy importante. Porque el presidente del Área Metropolitana se elige en el seno de sus miembros. Si el PSC quisiera siempre sería socialista, pero se entendió que no tenía que ser así y que lo que se tenía que hacer era una solución de manera que el Área Metropolitana la tenía que presidir el alcalde de Barcelona. Yo siempre digo: el día que decidí que esto no funcione así, y que tiene que ser otro alcalde que no sea el alcalde de Barcelona, el Área Metropolitana se romperá. Eso exige una cosa, que el alcalde de Barcelona entienda este juego: es decir, tiene que presidir, pero que no tiene que mandar. Presides pero no mandas. ¿Quién manda? Pues, la persona que está de vicepresidente ejecutivo, el gerente y las personas que pones a la gestión. Esto quiere decir una manera de comportarse. Si vas allí diciendo que tú destituirás a la gente, que cambiarás… Te has equivocado.

¿Cree que todos los alcaldes de Barcelona lo han entendido así? ¿O cree que durante este tiempo ha cambiado?
Creo que lo han entendido bastante así, la realidad es muy dura. Esto es así y punto. Hay que entender que tú estás con un cargo en el que dependes de una realidad política. La realidad política en el Área Metropolitana es la que es. El que no entienda esta realidad política tendrá grandes dificultades.

En el fondo es una ley que es muy técnica, en el sentido de que da muchas atribuciones de gestión, pero en el fondo es una ley profundamente política.
Exacto.

¿Cree que, en perspectiva, se han cumplido las expectativas iniciales que tenían?
Bien… No sé quién tenía según qué expectativas. Eso es una herramienta. La gente tiene que entender una cosa. Esta herramienta, la AMB, no se ha hecho para crear la Gran Barcelona, que todos los demás estén debajo de una entidad, no está hecha por ello. Es una herramienta de colaboración. Es una herramienta de buen entendimiento. Yo creo que esto se ha producido de una manera que permite tomar decisiones de colaboración entre ejes y temas importantes, pero hay que entender que no puedes ir, por ejemplo, a Molins de Rei y decirles qué tienen que hacer. Es una cuestión de entendimiento y de colaboración, lo que en algunos casos puede parecer que te hace perder tiempo, pero no es cierto, porque llegas a acuerdos a los que no llegarías.

Usted me decía, «yo al inicio estaba muy solo en mi partido defendiendo esta idea». ¿Cree que, con el paso del tiempo, el resto de compañeros se fue añadiendo a vuestra idea?
Una vez hicimos el Área Metropolitana, todo el mundo estaba encantado y satisfecho. Hubo una persona importante, también, el Isidro Sierra. El alcalde de Sant Climent de Llobregat.  Una persona muy espabilada, trabajadora, luchadora, capaz de crear optimismo en las situaciones menos optimistas, un hombre serio, exigente. Yo creo que ha sido muy importante. El Presidente Mas siempre lo defendía. El Presidente Puigdemont nos ayudó. Puigdemont es un hombre que cuando yo era Alcalde tuvimos una gran relación. Te pongo un ejemplo real: el alcalde de Girona, en aquel momento Carles Puigdemont, me pidió si podíamos colaborar para promocionar el «Girona, Temps de Flors». Le dije que sí. Hicimos el acto de presentación del Tiempo de Flores en el Salón de Cien y yo fui a Girona a visitarlos. Cuando te das cuenta de que el Tiempo de Flores es un gran éxito, tú con facilidad, con mentalidad barcelonesa equivocada, dices, escucha, pues eso también lo podríamos hacer nosotros. Pero eso no lo tenemos que hacer nosotros. Ya está bien que lo hagan ellos. Hay cosas que no tiene que hacer Barcelona. Barcelona debe ayudar y debe entender que está colaborando con el resto. Otro ejemplo. El Gran Premio de Formula 1. Es el Gran Premio de Formula 1 de Montmeló. Si incluso viene la Generalitat y te dicen que Barcelona debería ayudar porque si no eso lo podemos perder. Pues escuchame, Barcelona pone un dinero, pero entonces el Gran Premio de Fórmula 1 es el Gran Premio de Fórmula 1 de Barcelona-Cataluña. Ahora yo digo siempre, el Ayuntamiento de Barcelona debe actuar con un criterio de generosidad porque al final cualquier acción de las mismas le repercute a favor. Hacer que la ciudad de Barcelona no sean «aquellos que se lo quedan todo», que sea una ciudad que genere simpatías es muy importante. Es muy relevante.

Desde un punto de vista de impacto real, ¿realmente la ley ha cambiado, por ejemplo, la relación entre los municipios?
Ha mejorado. Ha hecho que se relacionen. O sea, ha hecho fluir muchas cosas. Ha hecho que se relacionen municipios que no se relacionaban.

¿Ha reducido desequilibrios territoriales?
De eso no estoy tan seguro porque eso depende mucho de la Generalitat. Es decir, también debemos entender que el Área Metropolitana no es la Generalitat. La Generalitat debe sentir el Área Metropolitana como algo más suyo. Lo que pasa es que nosotros tenemos un problema de fondo muy grave. Es un problema que es el problema más importante de Cataluña. Tenemos una mala financiación. La Generalitat no puede hacer lo que debería hacer. Entonces, se acaban haciendo cosas, las administraciones públicas de abajo, como los ayuntamientos, para intentar colaborar. Pero, en global, tenemos una situación de infrafinanciación en Cataluña durísima y que hace sufrir mucho. Intentamos actuar como administración única. A nosotros nos enfada, y con razón, que el Estado tenga que hacer según qué. Es decir, que tú no puedas hacer las rondas, o transformar el litoral sin unos Juegos Olímpicos o el Foro no tiene sentido, y es muy grave. Porque no tiene sentido que una comunidad autónoma como la nuestra, con una capacidad económica importante, no pueda administrar sus recursos y que los tengas que dar a los demás.

Usted diría que el Área Metropolitana tiene que ir a perseguir más competencias, fortalecerse más… ¿O cree que ya tenemos bastante con lo que tenemos?
En temas vinculados al ámbito social, el Área Metropolitana no hacía nada porque no tenía dinero. Es evidente que en los últimos años se ha producido un cambio, y es que el Área Metropolitana empieza a hacer bastantes acciones sociales y tiene una asignatura pendiente, que también tenemos los ayuntamientos de Cataluña, que es la vivienda. Seguramente el problema más grave que tenemos en el Área Metropolitana es la falta de vivienda.

Pero eso está muy vinculado con temas de financiación, oye?
Depende absolutamente de la financiación. Es verdad que ha habido ocasiones en que se ha conseguido financiación pública y también privada. Fijate, el mayor éxito de esta ciudad han sido los Juegos Olímpicos. Aquí se asomó dinero. Pero ¿qué ha pasado después de los Juegos Olímpicos? ¿Qué vivienda se ha hecho? Se ha hecho vivienda de lujo, pero no se ha hecho vivienda para la gente necesitada. Es decir, toda la transformación del litoral de Barcelona, ¿qué ha pasado con esta transformación? ¿Cuántas viviendas propiedad del Ayuntamiento se han hecho y están de alquiler por la gente? 100! ¡Un escándalo! Y eso ha pasado con gobiernos de los socialistas, con Iniciativa. Quiero decir que es un problema muy grave.

Volviendo a los protagonistas de la ley, usted considera que el alcalde Balmón tiene un papel importantísimo. Si tuviera que citar otros nombres ¿a quién citaría?
Yo he tenido gente que me ha ayudado. Por ejemplo, Toni Vives, que ha sido muy importante para crear este ambiente de colaboración. Otras personas han ayudado a crear este ambiente. Creían en el proyecto se lo habían creído absolutamente, lo tenían asumido de verdad. Y luego, dentro del área metropolitana, Isidre Sierra, ha sido una persona muy importante para organizar las cosas. La mayoría de alcaldes, incluido los más reticentes, se pusieron a favor.

¿Y en lo que sería el mundo PSC en aquel momento?
Bien, lo repito, yo creo que Balmón ha sido muy crucial. Sería de persona ingrata decir que ha habido gente socialista que ha estado en contra. Sí que es verdad que hay un momento en el que nosotros empezamos a subir a las encuestas y los socialistas a bajar, y ese fue un momento complicado. Vamos a mostrarnos todos lo suficientemente prudentes y fueron lo suficientemente inteligentes para no complicarlo.

¿Hay algún tema, algún proyecto, alguna acción que no llegara a buen puerto y que recuerde especialmente?
No conseguimos hacer entrar al PP en el gobierno metropolitano. Es una pena. Era fundamental que fuéramos todos, pero ellos siempre se quisieron quedar en la oposición para distinguirse de nosotros. Ahora ya todo es más complicado, porque hay otros partidos y probablemente todavía se complicará más. Yo siempre digo que el PP de Barcelona, cuando lo sacas de la discusión de la política nacional, estatal, te puedes poner completamente de acuerdo. Por ejemplo, con el Alberto Fernández Díaz, encontré una vía de colaboración y entendimiento bastante bueno, porque es un hombre que cuando decía, por ejemplo, «esto no lo haré» era muy duro y no se movía, pero, en cambio, era una persona con una capacidad de entender las cosas y si estaba de acuerdo colaboraba.

Si tuviera que mencionar a algún alcalde metropolitano con quien usted, a pesar de no compartir proyecto político, o sí, tenía una especial buena sintonía, ¿quién diría?
Con quien he tenido la mejor sintonía siempre es con Sant Cugat, y con sus alcaldes Lluís Recoder o Mercè Conesa, tanto por afinidad política como por sintonía personal. De aquellos que no eran de mi partido, con Antoni Balmón, como ya he comentado antes, o, por ejemplo, con Luís Tejedor, con quien tenía una relación personal muy buena. Era un hombre con un carácter muy fuerte, pero que tenía muy claro qué había que hacer a favor de su ciudad. Muchos de los problemas que ha habido es porque ni el Estado ni la Generalitat han entendido el papel de según qué ayuntamientos. No entender Tejedor y El Prat con el tema del aeropuerto es un error. También con otro alcalde que hemos tenido una relación no exquisita, más que exquisita, una persona que me aprecio muchísimo, es Nuria Marín. Una persona que siempre, siempre está para que las cosas funcionen bien y ayudar. Siempre. Y, además, con una voluntad de entendimiento incluso personal. Es decir, hay gente que te hace sentir cómodo. Es una persona que hace su papel, ella es socialista. Pero es una persona que lo hace todo fácil. Yo hay otra cosa que le agradezco es su posicionamiento el día de la votación, ya que no permitió que la Policía actuara en L’Hospitalet. Por ejemplo, entendió muy bien el tema del Mobile y entendió que las cosas se ganan muchas veces por relaciones personales. Y con Hoffman generaron una complicidad mutua, sin que ello generara controversia en el Ayuntamiento de Barcelona, más bien al revés.

Finalmente, y desde una perspectiva de los años, de la experiencia, de lo que ha vivido políticamente, humanamente, si usted tuviera que dar un consejo al Área Metropolitana actual. ¿Qué les diría?
Que le den competencias, dinero, pero que no se equivoquen a jugar a una división que llevará a la destrucción del área metropolitana. Es decir, cuando a mí me hablan de la región metropolitana en lugar del área metropolitana, yo digo, escucha, ha costado mucho crear el área metropolitana, vigile qué hace. Vigile qué hace, que todavía la desmontará.

Muchas gracias Xavier.

 

Per Marta Pascal, CEO de Pascal&Partners y Profesora de Ciencia Política UPF

En su opinión, ¿qué es Barcelona y qué papel tiene para el país? ¿Y qué papel tiene el área metropolitana en toda esta configuración territorial?
Bien, Barcelona es la capital de Cataluña. Es un hecho indiscutible que debe ser la capital de la catalanidad y aquí tenemos una gran responsabilidad a la hora de hacer que esto sea real. Barcelona, cuando hablamos de Barcelona, no hablamos sólo de Barcelona, sino que la capital tiene un peso específico económico, social, las cosas más complicadas pasan en las ciudades y, por lo tanto, pasan a la ciudad de Barcelona. No las fáciles, las más complicadas. Por poner un ejemplo, la pobreza extrema está en la ciudad de Barcelona, y por lo tanto la ciudad de Barcelona debe ser capaz de colaborar con las ciudades de alrededor. Este era un planteamiento muy antiguo, pero no siempre Barcelona ha tenido esta visión de colaboración con los de al lado.

Esta falta de colaboración, ¿puede tener que ver con lo que se llamó «el contrapoder»?
Sí, es verdad, puede ser un contrapoder, pero en el fondo no es verdad. De hecho esto es una gran mentira. Sacar esta idea de la cabeza de la gente de que esto no es un contrapoder, sino que Barcelona tiene esa necesidad de colaborar, ya que cuesta mucho y eso no siempre se ha vivido bien. Este tema se complicó en una época de liderazgos fuertes: Pujol y Maragall. Algunos decían que Maragall quería diluir la Generalitat. Después yo he vivido que, una vez Maragall gana y es presidente de la Generalitat, se encuentra con la realidad, las tornas son diferentes. Por lo tanto, se dan situaciones que crean estas tensiones. de la Generalitat con el Ayuntamiento de Barcelona, mucho más que no pasa con los ayuntamientos de alrededor. Pero cuando se decide crear el Área Metropolitana, en el año 2010, yo tenía una muy buena relación con alcaldes de la zona, y tomaron la decisión de impulsarla y, aunque a mi partido, CiU, no le gustaba nada, yo estuve siempre a favor. De hecho, recuerdo que el día que se celebró la firma pública del Área Metropolitana en el Parlamento de Cataluña, el único representante de Convergència i Unió era yo. Ahora bien, también hubo personas fundamentales, y una de ellas fue Artur Mas.

Fundamental para que el apoyo de CiU a la ley llevara adelante?
Sí, porque el Artur, como que había sido concejal del Ayuntamiento, pues entendía bien esta situación.

 ¿Y cree que hay alguna otra persona que fue clave para la ley?
El alcalde de Cornellà, el Antoni Balmón. Es una persona que supo encontrar una solución y un buen entendimiento. Primero personal, pero también un buen entendimiento político al entender que el Área Metropolitana no podía ser únicamente gobernada por los socialistas, sino que era necesaria una gobernanza en la que colaboraran los partidos, a ser posible todos, en el gobierno metropolitano. En un inicio entró Convergència, los socialistas, Iniciativa, Esquerra y ofrecimos la entrada al PP, pero no quisieron. Colaboramos todos, concentrándonos en temas de gestión y para solucionar los problemas que había.

Así pues, cuando usted entra a la alcaldía en 2011 se encuentra con un instrumento como es el AMB, aprobada por ley, que le da posibilidades en la gestión, oye?
Que te da ciertas posibilidades, sabiendo qué papel tenía que hacer yo, que también es muy importante. Porque el presidente del Área Metropolitana se elige en el seno de sus miembros. Si el PSC quisiera siempre sería socialista, pero se entendió que no tenía que ser así y que lo que se tenía que hacer era una solución de manera que el Área Metropolitana la tenía que presidir el alcalde de Barcelona. Yo siempre digo: el día que decidí que esto no funcione así, y que tiene que ser otro alcalde que no sea el alcalde de Barcelona, el Área Metropolitana se romperá. Eso exige una cosa, que el alcalde de Barcelona entienda este juego: es decir, tiene que presidir, pero que no tiene que mandar. Presides pero no mandas. ¿Quién manda? Pues, la persona que está de vicepresidente ejecutivo, el gerente y las personas que pones a la gestión. Esto quiere decir una manera de comportarse. Si vas allí diciendo que tú destituirás a la gente, que cambiarás… Te has equivocado.

¿Cree que todos los alcaldes de Barcelona lo han entendido así? ¿O cree que durante este tiempo ha cambiado?
Creo que lo han entendido bastante así, la realidad es muy dura. Esto es así y punto. Hay que entender que tú estás con un cargo en el que dependes de una realidad política. La realidad política en el Área Metropolitana es la que es. El que no entienda esta realidad política tendrá grandes dificultades.

En el fondo es una ley que es muy técnica, en el sentido de que da muchas atribuciones de gestión, pero en el fondo es una ley profundamente política.
Exacto.

¿Cree que, en perspectiva, se han cumplido las expectativas iniciales que tenían?
Bien… No sé quién tenía según qué expectativas. Eso es una herramienta. La gente tiene que entender una cosa. Esta herramienta, la AMB, no se ha hecho para crear la Gran Barcelona, que todos los demás estén debajo de una entidad, no está hecha por ello. Es una herramienta de colaboración. Es una herramienta de buen entendimiento. Yo creo que esto se ha producido de una manera que permite tomar decisiones de colaboración entre ejes y temas importantes, pero hay que entender que no puedes ir, por ejemplo, a Molins de Rei y decirles qué tienen que hacer. Es una cuestión de entendimiento y de colaboración, lo que en algunos casos puede parecer que te hace perder tiempo, pero no es cierto, porque llegas a acuerdos a los que no llegarías.

Usted me decía, «yo al inicio estaba muy solo en mi partido defendiendo esta idea». ¿Cree que, con el paso del tiempo, el resto de compañeros se fue añadiendo a vuestra idea?
Una vez hicimos el Área Metropolitana, todo el mundo estaba encantado y satisfecho. Hubo una persona importante, también, el Isidro Sierra. El alcalde de Sant Climent de Llobregat.  Una persona muy espabilada, trabajadora, luchadora, capaz de crear optimismo en las situaciones menos optimistas, un hombre serio, exigente. Yo creo que ha sido muy importante. El Presidente Mas siempre lo defendía. El Presidente Puigdemont nos ayudó. Puigdemont es un hombre que cuando yo era Alcalde tuvimos una gran relación. Te pongo un ejemplo real: el alcalde de Girona, en aquel momento Carles Puigdemont, me pidió si podíamos colaborar para promocionar el «Girona, Temps de Flors». Le dije que sí. Hicimos el acto de presentación del Tiempo de Flores en el Salón de Cien y yo fui a Girona a visitarlos. Cuando te das cuenta de que el Tiempo de Flores es un gran éxito, tú con facilidad, con mentalidad barcelonesa equivocada, dices, escucha, pues eso también lo podríamos hacer nosotros. Pero eso no lo tenemos que hacer nosotros. Ya está bien que lo hagan ellos. Hay cosas que no tiene que hacer Barcelona. Barcelona debe ayudar y debe entender que está colaborando con el resto. Otro ejemplo. El Gran Premio de Formula 1. Es el Gran Premio de Formula 1 de Montmeló. Si incluso viene la Generalitat y te dicen que Barcelona debería ayudar porque si no eso lo podemos perder. Pues escuchame, Barcelona pone un dinero, pero entonces el Gran Premio de Fórmula 1 es el Gran Premio de Fórmula 1 de Barcelona-Cataluña. Ahora yo digo siempre, el Ayuntamiento de Barcelona debe actuar con un criterio de generosidad porque al final cualquier acción de las mismas le repercute a favor. Hacer que la ciudad de Barcelona no sean «aquellos que se lo quedan todo», que sea una ciudad que genere simpatías es muy importante. Es muy relevante.

Desde un punto de vista de impacto real, ¿realmente la ley ha cambiado, por ejemplo, la relación entre los municipios?
Ha mejorado. Ha hecho que se relacionen. O sea, ha hecho fluir muchas cosas. Ha hecho que se relacionen municipios que no se relacionaban.

¿Ha reducido desequilibrios territoriales?
De eso no estoy tan seguro porque eso depende mucho de la Generalitat. Es decir, también debemos entender que el Área Metropolitana no es la Generalitat. La Generalitat debe sentir el Área Metropolitana como algo más suyo. Lo que pasa es que nosotros tenemos un problema de fondo muy grave. Es un problema que es el problema más importante de Cataluña. Tenemos una mala financiación. La Generalitat no puede hacer lo que debería hacer. Entonces, se acaban haciendo cosas, las administraciones públicas de abajo, como los ayuntamientos, para intentar colaborar. Pero, en global, tenemos una situación de infrafinanciación en Cataluña durísima y que hace sufrir mucho. Intentamos actuar como administración única. A nosotros nos enfada, y con razón, que el Estado tenga que hacer según qué. Es decir, que tú no puedas hacer las rondas, o transformar el litoral sin unos Juegos Olímpicos o el Foro no tiene sentido, y es muy grave. Porque no tiene sentido que una comunidad autónoma como la nuestra, con una capacidad económica importante, no pueda administrar sus recursos y que los tengas que dar a los demás.

Usted diría que el Área Metropolitana tiene que ir a perseguir más competencias, fortalecerse más… ¿O cree que ya tenemos bastante con lo que tenemos?
En temas vinculados al ámbito social, el Área Metropolitana no hacía nada porque no tenía dinero. Es evidente que en los últimos años se ha producido un cambio, y es que el Área Metropolitana empieza a hacer bastantes acciones sociales y tiene una asignatura pendiente, que también tenemos los ayuntamientos de Cataluña, que es la vivienda. Seguramente el problema más grave que tenemos en el Área Metropolitana es la falta de vivienda.

Pero eso está muy vinculado con temas de financiación, oye?
Depende absolutamente de la financiación. Es verdad que ha habido ocasiones en que se ha conseguido financiación pública y también privada. Fijate, el mayor éxito de esta ciudad han sido los Juegos Olímpicos. Aquí se asomó dinero. Pero ¿qué ha pasado después de los Juegos Olímpicos? ¿Qué vivienda se ha hecho? Se ha hecho vivienda de lujo, pero no se ha hecho vivienda para la gente necesitada. Es decir, toda la transformación del litoral de Barcelona, ¿qué ha pasado con esta transformación? ¿Cuántas viviendas propiedad del Ayuntamiento se han hecho y están de alquiler por la gente? 100! ¡Un escándalo! Y eso ha pasado con gobiernos de los socialistas, con Iniciativa. Quiero decir que es un problema muy grave.

Volviendo a los protagonistas de la ley, usted considera que el alcalde Balmón tiene un papel importantísimo. Si tuviera que citar otros nombres ¿a quién citaría?
Yo he tenido gente que me ha ayudado. Por ejemplo, Toni Vives, que ha sido muy importante para crear este ambiente de colaboración. Otras personas han ayudado a crear este ambiente. Creían en el proyecto se lo habían creído absolutamente, lo tenían asumido de verdad. Y luego, dentro del área metropolitana, Isidre Sierra, ha sido una persona muy importante para organizar las cosas. La mayoría de alcaldes, incluido los más reticentes, se pusieron a favor.

¿Y en lo que sería el mundo PSC en aquel momento?
Bien, lo repito, yo creo que Balmón ha sido muy crucial. Sería de persona ingrata decir que ha habido gente socialista que ha estado en contra. Sí que es verdad que hay un momento en el que nosotros empezamos a subir a las encuestas y los socialistas a bajar, y ese fue un momento complicado. Vamos a mostrarnos todos lo suficientemente prudentes y fueron lo suficientemente inteligentes para no complicarlo.

¿Hay algún tema, algún proyecto, alguna acción que no llegara a buen puerto y que recuerde especialmente?
No conseguimos hacer entrar al PP en el gobierno metropolitano. Es una pena. Era fundamental que fuéramos todos, pero ellos siempre se quisieron quedar en la oposición para distinguirse de nosotros. Ahora ya todo es más complicado, porque hay otros partidos y probablemente todavía se complicará más. Yo siempre digo que el PP de Barcelona, cuando lo sacas de la discusión de la política nacional, estatal, te puedes poner completamente de acuerdo. Por ejemplo, con el Alberto Fernández Díaz, encontré una vía de colaboración y entendimiento bastante bueno, porque es un hombre que cuando decía, por ejemplo, «esto no lo haré» era muy duro y no se movía, pero, en cambio, era una persona con una capacidad de entender las cosas y si estaba de acuerdo colaboraba.

Si tuviera que mencionar a algún alcalde metropolitano con quien usted, a pesar de no compartir proyecto político, o sí, tenía una especial buena sintonía, ¿quién diría?
Con quien he tenido la mejor sintonía siempre es con Sant Cugat, y con sus alcaldes Lluís Recoder o Mercè Conesa, tanto por afinidad política como por sintonía personal. De aquellos que no eran de mi partido, con Antoni Balmón, como ya he comentado antes, o, por ejemplo, con Luís Tejedor, con quien tenía una relación personal muy buena. Era un hombre con un carácter muy fuerte, pero que tenía muy claro qué había que hacer a favor de su ciudad. Muchos de los problemas que ha habido es porque ni el Estado ni la Generalitat han entendido el papel de según qué ayuntamientos. No entender Tejedor y El Prat con el tema del aeropuerto es un error. También con otro alcalde que hemos tenido una relación no exquisita, más que exquisita, una persona que me aprecio muchísimo, es Nuria Marín. Una persona que siempre, siempre está para que las cosas funcionen bien y ayudar. Siempre. Y, además, con una voluntad de entendimiento incluso personal. Es decir, hay gente que te hace sentir cómodo. Es una persona que hace su papel, ella es socialista. Pero es una persona que lo hace todo fácil. Yo hay otra cosa que le agradezco es su posicionamiento el día de la votación, ya que no permitió que la Policía actuara en L’Hospitalet. Por ejemplo, entendió muy bien el tema del Mobile y entendió que las cosas se ganan muchas veces por relaciones personales. Y con Hoffman generaron una complicidad mutua, sin que ello generara controversia en el Ayuntamiento de Barcelona, más bien al revés.

Finalmente, y desde una perspectiva de los años, de la experiencia, de lo que ha vivido políticamente, humanamente, si usted tuviera que dar un consejo al Área Metropolitana actual. ¿Qué les diría?
Que le den competencias, dinero, pero que no se equivoquen a jugar a una división que llevará a la destrucción del área metropolitana. Es decir, cuando a mí me hablan de la región metropolitana en lugar del área metropolitana, yo digo, escucha, ha costado mucho crear el área metropolitana, vigile qué hace. Vigile qué hace, que todavía la desmontará.

Muchas gracias Xavier.

 

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